El confinamiento ha intensificado el vandalismo contra coches aparcados en la calle y en los párquings. El sector del taxi se ha llevado la peor parte durante las últimas semanas. En Trinitat Vella, al menos 15 vehículos han sufrido ataques para robar en su interior. El viejo truco consiste en romper las lunetas de cristales o cualquier otra ventanilla y sustraer los objetos de valor. En la mayoría de casos, los ladrones solo provocan desperfectos que pasa factura a los bolsillos de los conductores, estos días sin trabajo a causa de la pandemia.
Este miércoles le tocó al coche de Hasnain Kalid. Alguien reventó varias ventanillas del vehículo aparcado en un párquing interior de Trinitat Vella. El jueves, mientras paseaba vio otro vehículo con los cristales hechos añicos. El mismo día, en otro estacionamiento comunitario otros tres vehículos fueron atacados. "No sé qué buscan si saben que no dejamos nada. Da mucha rabia, es nuestra herramienta de trabajo", denuncia.
SEGURO
Cuenta Kalid que sufrir un ataque de este tipo puede suponer perder uno o dos días de trabajo. Después de costear la reparación, las compañías de seguros suelen subir las cuotas de los conductores afectados. De esta manera, los conductores terminan pagando de sus bolsillos estos actos de vandalismo. Hace unos días, alguien reventó las cuatro ruedas de un taxi. Los daños a los neumáticos no los cubre el seguro por lo que el dueño del vehículo tuvo que abonar los 350 euros de la reparación.
Los ataques a los taxis se repiten en otras zonas de Barcelona como el distrito de Horta i Guinardó. En el área metropolitana, Badalona y Santa Coloma de Gramenet también han registrado decenas de ataques a coches aparcados en la calle. Lo sabe bien el taxista Sheraz Shah que estas semanas ha ido recibiendo mensajes a través de las redes sociales y de Whatsapp de compañeros que han sufrido desperfectos en sus vehículos.
SECTOR GOLPEADO POR LA CRISIS
Su coche también fue atacado, en su caso, en el barrio del Singuerlín de Santa Coloma de Gramenet donde vive. "Es una vergüenza que taxistas que han hecho servicios solidarios con personal sanitario ahora se queden sin cristales", denuncia enfadado. A pesar de tener unas monedas y el GPS, no le robaron nada.
Con la bajada de las muertes y el control de la curva de la pandemia, los conductores cesaron hace unas semanas de realizar los viajes gratuitos a enfermeros. Ahora, después de que lo peor de la crisis haya pasado, Shah no entiende como alguien puede atacar sin motivo alguno los vehículos del taxi, un sector muy golpeado por la crisis sanitaria, que ya es económica. Tras estos siniestros, el seguro incrementa la cuota del conductor en unos 100 o 200 euros.
TAXIS PARADOS
Muchos conductores optan estos días por no salir a trabajar. Consideran que es derrochar la gasolina, puesto que apenas hay clientes en las calles. Los taxis llevan dos meses aparcados en la calle, sin apenas moverse, y son vulnerables a estos actos de vandalismo.
El Sindicat de Taxis de Catalunya (STAC) confirma el repunte de intentos de robo en los coches de este transporte público, que también afecta a coches particulares. Cada día los grupos de conductores registran dos o tres nuevos casos.
En la zona de Besòs mar de Barcelona se han visto siete ataques de estas características en las últimas semanas. Cinco coches más fueron golpeados en un párquing de Santa Coloma y, al menos, otra decena en Badalona. Shah cree que el número de intentos de robo con esta técnica podría ser mucho más elevado.
CÁMARAS
Kalid recupera una vieja demanda que ayudaría a localizar a los agresores. "Tenemos un problema porque la Autoritat Metropolitana de Barcelona (AMB) no nos deja poner cámara. Las VTC, en cambio, tienen ventanas tintadas y cámaras", se queja. Desde STAC siempre aconsejan denunciar cualquier robo. En la práctica, pocos lo hacen, pues creen que es perder el tiempo.
Shah asegura que muchos taxistas se ven obligados a pegar una nota en el cristal con una nota : "No tenemos nada". En su caso, unos amigos le han instalado de nuevo los cristales sin ningún coste. El taller no lo recibía hasta el 25 de mayo.