Tras dos meses de confinamiento y una cierta relajación en las medidas sanitarias, la normalidad vuelve poquito a poco a la vida cotidiana. Y, junto a ella, una de las deficiencias de la vida en Barcelona: la delincuencia. Durante las últimas semanas, se han detectado serios aumentos de la violencia en las calles de la capital catalana, con atracos a cada cual más violento, en un alarmante in crescendo que ha obligado a las organizaciones vecinales a pedir al Ayuntamiento más vigilancia, especialmente en la zona de la Barceloneta y otros puntos de Ciutat Vella.

Manel Martínez, portavoz de Tsunami Veïnal, confirma a Metrópoli Abierta la situación de aumento de la degradación de la zona. No hay que olvidar que en estos barrios hay una bolsa de alrededor de 800 pisos turísticos ilegales que nadie sabe quién controla. “Cuando Barcelona está medio vacía, lo cierto es que en toda esta zona ha habido incluso aglomeraciones, porque los vecinos se acercan al mar. Y en las aglomeraciones es donde los delincuentes trabajan”, admite Martínez.

Se han detectado, así, la llegada de grupos de delincuentes nuevos que comienzan a peinar los barrios, aposentándose en los pisos que se encuentran vacíos por la ausencia del turismo. Un informe enviado por Tsunami al Ayuntamiento esta semana ya apuntaba que robos con violencia y ocupación de pisos vacíos favorecían el asentamiento de delincuentes. Manel Martínez redunda en esta circunstancia. “Nadie sabe quién llega a los pisos vacíos, porque no se conoce a sus dueños. Y estamos hartos de ver a mucha gente que llega con maletas. Si no hay turismo, ¿quién se aloja en esos pisos?”, se pregunta el dirigente vecinal

UN MACHETAZO A UN COLEGA

Los nuevos delincuentes, además, hacen gala de una violencia inusitada. Uno de los delincuentes, que hace escasos días intentó atracar un supermercado con un machete, comenzó luego a discutir con un colega suyo, hasta que se enzarzaron y propinó a su colega un machetazo en toda la cabeza. “Esta nueva delincuencia llega con más violencia que la que había -señala el portavoz de Tsunami Veïnal-. Esta semana, unos delincuentes tiraron al suelo, a media mañana, a una anciana en la calle para robarle una cadenita de oro. Y también una pareja de sanitarios, que llegaban a las 23.00 horas de doblar turno, fueron al súper y, al salir, fueron atracados a punta de navaja por delincuentes para robarles el móvil y dinero. ¿Hasta cuándo podremos aguantar”.

Las asociaciones de vecinos han hablado ya con el Ayuntamiento y con los Mossos d’Esquadra para que puedan enviar patrullas con el objetivo de vigilar los barrios. Pero los atracos no son los únicos inconvenientes. “Las redes de distribución de drogas están más presentes en las calles. Y con ellas, colectivos de delincuentes que con la falta de turistas, derivan su agresión hacia los ciudadanos de Barcelona. Sabemos que los recursos de la Guardia Urbana y de los Mossos se han reducido y eso lo sabe quien delinque. Estamos en una situación muy peligrosa”, dice el informe que las plataformas vecinales han enviado al Ayuntamiento.

BOTELLÓN EN EL FRENTE MARÍTIMO

También denuncia que en el frente marítimo hay locales que, a partir de determinada hora, ponen sus persianas a media altura y que siguen sirviendo botellas de alcohol a jóvenes que luego hacen botellón por la zona, contribuyendo así a degradar los barrios.

Las asociaciones de vecinos piden que no se relaje la guardia ante la delincuencia y el incivismo y reclaman a los responsables municipales “un nuevo planteamiento de Policía de proximidad que permita a la población comenzar a centrarse en poder volver a una normalidad o, mejor dicho, a la nueva normalidad que provocará que haya que reinventar los modos de la convivencia”. En este sentido, el informe remitido al Ayuntamiento subraya que “no vale escudarse en que decrece el número de denuncias. Se ha de luchar contra la percepción y crear un clima de bonanza psicológica para seguir adelante”.

DEFICIENCIAS DE LIMPIEZA

Apunta también a otro fenómeno que no hay que perder de vista y que puede reverdecer en un futuro próximo: el de los menas (menores extranjeros no acompañados). “Se han de prever actos vandálicos a personas y pequeño comercio y centrar a la policía de seguridad en acciones de calibre centrado en grandes delitos, redes delictivas y, en general, investigación. No ayudan hechos como el de detectar conatos de actividades terroristas o afluencia masiva de gente en zonas concretas, poniendo especial atención en los jóvenes que dejan los centros tutelados y quedan en la calle sin ayuda y al alcance de grupos organizados para captarlos”.

Otra de las deficiencias es la de la limpieza. Se han dado casos de esparcimiento de bolsas de basura con restos sanitarios. “Nosotros hemos avisado al Ayuntamiento y es verdad que enviaron a brigadas que vienen vestidas como extraterrestres para rociar los contenedores, pero tampoco es que vengan cada día. Lo que queremos es velar por la no degradación de los barrios”, subraya Martínez. Mientras tanto, la delincuencia se va normalizando incluso a un ritmo mayor al del desconfinamiento.

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