A Abu Safyan, Mazar Saleem y Sarfrar Ahmed la muerte les sorprendió durmiendo. El incendio se declaró entre las cinco y las seis de la mañana en el número 16 de la calle Grau i Torras de la Barceloneta, un piso de apenas 30 metros cuadrados donde vivían hacinadas siete personas. Dos de las víctimas tenían 20 años y la tercera rondaba los 40. La sobrecarga eléctrica causada por las baterías de los triciclos eléctricos con los que trabajaban tres de los ocupantes podría ser el motivo del incendio, según los investigadores.
Ocho baterías de litio chamuscadas descansaban a unos metros de la puerta de la vivienda este viernes por la tarde. Decenas de personas, la mayoría de origen pakistaní, se acercaban cabizbajos para observar los estragos del incendio. Los Bomberos de Barcelona se encontraron una enorme lengua de fuego que salía a través de la verja metálica y se enfilaba hasta el segundo balcón del inmueble. La puerta, cerrada tras la huida de los supervivientes, se convirtió en una trampa mortal.
GRITOS
Giovani fue de los primeros en llegar. Aun no se había acostado cuando empezó a escuchar ruido y gritos. Salió con lo puesto, agarró un extintor de su edificio y lanzó el producto sobre las ventanas y la puerta. Cuando consiguió sofocar las primeras llamas vio una mano, probablemente ya sin vida, ubicada muy cerca de la puerta. Tras el "shock" de lo sucedido, ya con el sol brillando en el cielo, regresó a su piso.
Una de las víctimas se dedicaba a conducir una bicitaxi, un trabajo donde predominan personas de origen pakistaní. Los otros dos fallecidos vendían bebidas en la calle y en la playa, y también rosas. El mayor tenía una mujer y tres hijas que vivían en el país asiático. Conocidos y amigos del barrio echaban un vistazo a través de los barrotes y la cinta policial, contemplando el destrozo del piso, que desprendía aun olor a quemado. Algunos, con los ojos vidriosos, intentaban encontrar una explicación a lo ocurrido.
SOBRECARGA ELÉCTRICA
A dos calles del piso siniestrado, un grupo de unos treinta hombres se arremolinaba delante de una vivienda. Desde el interior se escuchaba el llanto roto de un familiar de los fallecidos. Fuera, en la entrada, uno de los primos cuenta que los ocupantes del piso incendiado solían cargar las baterías de las bicitaxis un aparcamiento en la Vil·la Olímpica donde decenas de conductores aparcan sus vehículos.
Hace un par de días, los inquilinos del piso se llevaron las baterías para cargarlas en su apartamento después de que se registrara un fuego en ese estacionamiento. Pero esta madrugada, el sistema eléctrico del pequeño apartamento, que tenía la luz pinchada, según los bomberos, no resistió la carga de las piezas de litio.
UN DURO GOLPE
La comunidad pakistaní es muy numerosa en Barcelona y el área metropolitana y sus miembros hacen piña en los momentos difíciles, como la muerte de un compatriota. Naveed Aslam ayuda de manera voluntaria desde hace 16 años a sus paisanos en la tarea de repatriar los cuerpos a su país natal.
Este viernes Aslam acompañó a los familiares de las víctimas del incendio durante todo el día. Las trágicas muertes, explica, han supuesto un duro golpe en Barcelona. Media docena de asociaciones paquistaníes de Barcelona, Santa Coloma de Gramenet, Badalona y otros municipios cancelaron todas las celebraciones previstas para este 14 de agosto, Día de la Independencia del Pakistán, como muestra de solidaridad y respeto.
PELEAS
Varios vecinos coinciden en explicar que al principio pensaron que los ruidos se debían a una de las peleas habituales que tienen lugar en las calles del barrio marítimo. "Te acostumbras y ya no te preocupas", cuenta una vecina. El diario El País apunta que los bomberos recibieron el aviso a las 5.58 y que llegaron a las 6.05. Aslam, que esta mañana habló con los familiares y amigos de las víctimas, afirma que el fuego empezó a las 5.15.
Desde la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, su vicepresidenta Carmen Piera lamenta lo sucedido y trasladan el pésame a los familiares. "Era un sitio muy pequeño con mucha gente y las condiciones no eran las más óptimas para vivir", señala. La entidad avisa de que hay varios pisos bajos habitados con conductores de estas bicitaxis y propone que la administración "revise" si es seguro que tantas personas vivan en pisos tan pequeños.