La delincuencia no es ajena a la pandemia y se adapta al cambio de hábitos y costumbres de la ciudadanía. En Barcelona, los carteristas están incrementando su actividad en las líneas de autobuses.

Ante la imposibilidad de aprovechar las concentraciones del suburbano, que aunque no han desaparecido se dan con menos frecuencia, los rateros se suben al bus, donde sacan ventaja del menor tamaño de los vehículos rodados.

Los activistas de las autodenominadas Patrullas Ciudadanas destapan estos meses a los rufianes camuflados entre los pasajeros de los buses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB).

'NO DAMOS ABASTO'

El pasado 5 de septiembre denunciaban a uno de ellos en un vehículo de la línea H12 que enlaza el Besòs con Hospitalet de Llobregat, en el barrio del Gornal. Una semana antes hacían los mismo en la línea D20, una de sus preferidas.

El teléfono de Eliana Guerrero, la fundadora de esta iniciativa ciudadana, recibe decenas de avisos estos días. "Nos llegan muchos mensajes de usuarios que nos dicen que vayamos a un autobús. No damos abasto", explica.

PERSONAS MAYORES

Guerrero cuenta que los ladrones actúan en líneas que pasan por hospitales, tanatorios y mercados. Las víctimas preferentes son personas mayores.  "En el metro hay mucha distancia y no se pueden acercar. La gente sospecharía", señala.

Viajeros en el metro de Barcelona / TWITTER



En el autobús, mucho más pequeño que el metro, los roces entre viajeros son más frecuentes, una circunstancia que aprovechan estos rufianes. "¡Carterista!", "Pickpocket" (en inglés)", gritan los miembros de este grupo ciudadano para poner en evidencia la actividad de los delincuentes. 

Cuando desenmascaran a los carteristas éstos suelen abandonar el autobús, o bien el vagón de metro. Ahuyentan a los ladrones que, sin embargo, vuelven a subirse a otro bus en cuestión de minutos.

MULTAS

El pasado invierno el grupo registró un incremento de voluntarios llegando a alcanzar a unos 70 vigilantes. Las autoridades y el Ayuntamiento de Barcelona nunca ha visto con buenos ojos la actuación de estos grupos. Hace un año, el regidor de Seguridad, Albert Batllé, se prometió combatir la "peligrosísima" actividad de estos ciudadanos.

El pasado febrero, un mes antes de que estallara la crisis sanitaria, TMB sancionaba a Guerrero y a otra cazacarterista cuando repartían folletos en el metro alertando de la presencia de carteristas. El operador del transporte público les sancionó después de que ayudasen a unos agentes de los Mossos d'Esquadra a buscar el móvil de una víctima de un robo. TMB las multó por "hacer actividades o acciones que puedan alterar el orden o perturbar los servicios de metro.

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