El objetivo inicial de la célula yihadista de Ripoll era atentar en diferentes monumentos de Barcelona con explosivos accionados a distancia y de noche el 20 de agosto. La Sagrada Familia y el Camp Nou figuraban en los plantes de los terroristas. También la Torre Eiffel, que el conductor del atropello masivo de La Rambla, Younes Abouyaaqoub, visitó con otro de los miembros del grupo. Lo han asegurado este miércoles dos mossos d'esquadra en el segundo día del juicio de los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017 que se saldaron con 16 personas asesinadas.
Uno de los policías tomó declaración a Mohamed Houli en el hospital tras la explosión de la casa de Alcanar (Tarragona) donde se planearon los ataques. Houli se enfrenta a 41 años de prisión por pertencia a organización terrorista y fabricación de explosivos. "Houli declaró que la única intención era atentar explosivos, nada de atropellos y cuchillos. Era atentar con bombas", ha señalado. Los jóvenes también pensaron en atentar en otros lugares: la Tomatina de Buñoll, la sede de la OTAN y en discotecas de Lloret de Mar y Sitges.
16.000 EUROS PARA EXPLOSIVOS
El accidente mientras manipulaban los explosivos causaba la muerte de varios miembros de la célula y truncaba los planes iniciales del grupo que improvisó el atropello de La Rambla y el de Cambrils el 17 de agosto. El entonces jefe de la unidad antiterrorista de los Mossos ha declarado que los yihadistas consiguieron 15.000 euros en efectivo y otros 1.180 euros gracias a la venta de joyas para comprar el material de las bombas.
El pequeño botín fue el resultado de un robo en la casa de la dueña de un restaurante en el que trabajaba Said Alla. Los yihadistas que trabajaban aportaron sus ahorros y también vendieron vehículos. Houli, superviviente de la explosión de Alcanar, pidió préstamos a diferentes empresas y acompañó a Abouyaaqoub a Vinaròs (Castellón) para vender joyas robadas.
PREPARATORIOS EN 2016
Un abogado de los presuntos terroristas se ha quejado porque el interrogatorio se centraba en los miembros de la célula que habían muerto. El presidente del tribunal, Alfonso Guevara, ha aclarado que en este juicio "no se está juzgando a nadie por matar a nadie, sino porque estaban en una célula y hay que saber si hay una organización". A diferencia de las víctimas, la Fiscalía no acusa de asesinato terrorista a los tres acusados, porque cree que no participaron directamente en los atentados aunque pertenecieran a la célula yihadista responsable de los mismos.
El comando empezó a planear los ataques a finales de 2016. Fue entonces cuando los hermanos mayores del grupo empezaron con el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, a "hacer una serie de movimientos", como la ocupación de casas y la búsqueda de explosivos y la manera de fabricarlos". Uno de los mossos ha detallado que compraron 345 litros de peróxido de hidrógeno y 500 litros de acetona.
PROPUESTA DE LOS 'MAYORES'
El 26 de mayo de 2017 los "mayores proponen a los pequeños, en un banco de Ripoll, cometer un atentado", según señaló Houli en su declaración ante los Mossos. Ese mismo día, Abouyaaqoub (autor material del atropello masivo en Barcelona) se graba a sí mismo haciendo un llamamiento "al martirio y a la yihad", ha agregado el testigo.
El relato de los Mossos también ha servido para vincular directamente a Driss Oukabir, uno de los tres acusados (se enfrenta a 36 años de cárcel), con la célula. Varios testigos afirman que lo vieron en Alcanar o en una población cercana. Comunicó a su hermano Moussa la compra de tres móviles en Marruecos de agosto de 2017 y buscó desde su teléfono "qué dice el Corán de los judíos".
RITUAL RELIGIOSO DE OUKABIR
Oukabir expuso este martes ante el juez su mala vida como consumidor de drogas y pequeño traficante para desvincularse de los valores del islam y del grupo de terroristas. Sin embargo, un agente de la policía catalana ha apuntado que en Marruecos se habría sometido a "un ritual religioso" y que animó a su pareja a ponerse el niqab.