La prueba más evidente de la implicación en los atentados de Mohamed Houli es un vídeo inédito aportado este martes en el primer día del juicio por los ataques yihadistas de La Rambla en Barcelona y Cambrils. Las imágenes muestran a los jóvenes de Ripoll radicalizados sonrientes y en una actitud distendida, haciendo bromas, mientras preparan bombas con el TATP, un material muy inestable. Durante el vídeo lanzan amenazas a todos los ciudadanos no creyentes en el islam.
La cámara la sujeta Houli, según TV3, uno de los tres únicos acusados vivos que han declarado en la Audiencia Nacional. El resto de implicados, incluido el supuesto cabecilla de la trama, el imán Abdelbaki es-Satty murieron cuando la casa de Alcanar (Tarragona) donde planearon los atentados estalló en mil pedazos mientras manipulaban los explosivos.
YOUNES ABOUUIAKUB
El vídeo tiene lugar el 15 de agosto, un día antes de la explosión, y dos antes del atropello masivo en las ramblas y el ataque, por la noche, de otros miembros de la célula yihadista en la localidad costera de Cambrils. Los tres jóvenes que miran y sonríen a la cámara muestran una actitud fría mientras hablan del daño que esperan que causen los cilindros explosivos que van llenando de material.
Uno de ellos, con polo a rayas negro y blanco, es Younes Abouiakub, que asesinó a 14 personas con su furgoneta. Una hora después mataría a otro joven en el aparcamiento universitario de la UB, en la avenida Diagonal.
ADVERTENCIA A LOS MOSSOS
Abouiakub se mira orgulloso mientras se prueba un chaleco lleno de explosivos. "Te queda bien, eh", le dice otro terrorista. Houli, que está acusado de pertenencia a organización terrorista y fabricación de explosivos, registra cada uno de los tres jóvenes mientras estos lanzan todo tipo de amenazas.
En la diana de los ataques que planean también se encuentra la policía. "Esto va sobre todo por vosotros, Mossos d'Esquadra. No sabéis en el berenjenal que os estáis metiendo", lanza Mohamed Hichamy. "¡Malparits!", insulta con una gran sonrisa en la cara Yousef Alla. Los dos morían al cabo de unas horas: el primero era tiroteado por los Mossos y el segundo era víctima de los explosivos que él mismo preparaba.