Unas enfermeras de Aberdeen, en Escocia, se llevaron una desagradable sorpresa al llegar a casa de una paciente para inocularle la vacuna contra el coronavirus.

Las sanitarias acudieron al domicilio de Christina Malley, una anciana que faltó a su cita para recibir la inyección. Al llegar, descubrieron el cadáver de la mujer, quien llevaba 12 años muerta en su domicilio.

FUERA DEL PAÍS

Cuando las enfermeras llegaron a casa de Malley, les recibió su marido, quien aseguró que su mujer se encontraba fuera del país. Al acceder al domicilio, descubreron que la mujer estaba muerta.

La policía escocesa trabaja para esclarecer los hechos, ya que se desconoce cómo falleció la víctima y la fecha en la que lo hizo, que sin duda fue hace más de una década.

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