Los Mossos d'Esquadra han desarticulado una secta que operaba en un domicilio de Barcelona y en la que se abusaba sexualmente de algunos de sus miembros, en un contexto de "manipulación psicológica grupal" del que la policía catalana informa este viernes en un comunicado. Como resultado de la operación, tres personas han resultado detenidas por asociación ilícita, abusos sexuales y vejaciones. Una cuarta está siendo investigada.
El líder de la secta, un hombre de 66 años y nacionalidad española que se hacía llamar "maestro iluminado", fue arrestado en La Pobla de Lillet (Berguedà) el pasado 29 de marzo junto a su pareja sentimental, una mujer de 50 años y nacionalidad española. Este martes, día 6 de abril, la policía detuvo en Barcelona a otra mujer de 43 años y nacionalidad italiana como colaboradora y supuesta "pieza clave" de la red criminal, que se habría dedicado a captar nuevos adeptos y habría participado activamente en los abusos y vejaciones a los miembros del grupo. La cuarta persona investigada es una mujer de 54 años y nacionalidad española que podría haber participado en los hechos.
La investigación de los Mossos, que se inició en septiembre, atestigua que los responsables de la secta se aprovecharon de las "circunstancias de vulnerabilidad psicológica de las víctimas, como por ejemplo rupturas sentimentales o desarraigo al llegar a un nuevo lugar de residencia", para incorporarlas al grupo y manipularlas. Algunas de estas personas habrían formado parte del mismo durante diez años. Una captación de la que se encargaba principalmente una de las detenidas cuando detectaba a alguien en un "momento vital" delicado. Entonces le hablaba del "maestro" y los ponía en contacto. Luego empezaban con las sesiones individuales y más tarde incorporaban al grupo a cada una de estas personas.
PRÁCTICAS ERÓTICAS Y SEXUALES
Desde un piso de Barcelona, la secta ofrecía sesiones de meditación que se combinaban con otras actividades, como la privación del sueño. Esto, sumado a una poca alimentación, provocaba el debilitamiento de las víctimas, volviéndolas más "vulnerables e influenciables" al líder, que las separaba de su entorno poco a poco. Además, realizaba con ellas ejercicios de carácter erótico y sexual con la excusa de que así podían superar "resistencias internas, traumas o complejos". Su pareja y las otras dos mujeres lo habrían ayudado a desarrollar estas actividades.
El autodenominado "maestro iluminado" se atribuía conocimientos para hacer crecer espiritualmente a sus "alumnos", que pagaban para asistir a sus sesiones. Después de ganarse su confianza y obtener información personal, para manipularlos psicológicamente, les hacía pasar pruebas que a menudo eran también sexuales. Imponía igualmente normas de control estrictas, como la prohibición de hablar de las sesiones con miembros externos a la secta. Si incumplían las directrices era castigados con vejaciones en las que a veces participaban otros de sus seguidores. Además de las prácticas abusivas y humillaciones, los Mossos han recibido denuncias por el intento de modificar la orientación sexual de alguna de sus víctimas, en un contexto de evidente homofobia.
Los tres arrestados han pasado a disposición judicial y han quedado en libertad con cargos.