Los Mossos d'Esquadra han detenido a once supuestos miembros de una red acusada de estafar 200.000 euros a más de 50 personas, tras obtener sus datos personales mediante llamadas telefónicas, y cuyos jefes incluso extorsionaban a las capas más bajas de la organización.
Agentes de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos atribuyen a los once detenidos, arrestados el pasado 16 de julio en varias localidades de Barcelona y Tarragona, los delitos de estafa y organización criminal, tras una investigación policial iniciada hace un año al detectar un aumento de denuncias por estafa.
ESTAFA
En un comunicado, los Mossos han detallado que los detenidos, de nacionalidades muy diversas, se dedicaban a realizar llamadas telefónicas desde Sudamérica, haciéndose pasar por un empleado del banco con algunos datos previos de la víctima y con el fin de ganarse su confianza, un método de estafa conocido como vishing.
Al parecer, en una segunda fase de la estafa, cuando los autores ya tenían el control de la cuenta corriente de la víctima, ponían esta información a disposición de otras personas, quienes realizaban las operaciones bancarias fraudulentas, transfiriendo grandes sumas de dinero a las cuentas de los criminales.
OPERACIONES BANCARIAS
Con el dinero obtenido, los estafadores adquirían material electrónico, especialmente terminales de telefonía móvil, que posteriormente vendían a un precio notablemente inferior al de mercado en tiendas de conveniencia que actuaban como recetadores.
En total, se realizaron nueve entradas y registros a distintas localidades de las demarcaciones de Barcelona y Tarragona, coordinadas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Esplugues de Llobregat (Barcelona), en un operativo especialmente complejo puesto que algunos de los investigados eran portadores de la covid-19.
Los detenidos pasaron a disposición judicial, aunque actualmente todos se encuentran en libertad con cargos y, como medida cautelar, a uno de ellos se le decretó la retirada del pasaporte.