Una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Urbana de Barcelona desmanteló el pasado 28 de julio un grupo criminal que se dedicaba a falsificar pasaportes y a venderlos. La trama usaba a menores de edad para cometer hurtos y conseguir los documentos de las víctimas que eran vendidos en formato original, o bien falsificados. La policía ha detenido a tres personas que lideraban un grupo "perfectamente jerarquizado y con una clara distribución de tareas".

La investigación se inició a principios de este año cuando los agentes detectaron a una organización criminal formada por ciudadanos argelinos y magrebíes. Los menores recultados entregaban la documentación robada al líder que la vendía al mercado negro para "favorecer la inmigración ilegal" con extranjeros indocumentados de oriente próximo y el norte de África, según fuentes de la Policía Nacional. Los compradores de estos documentos se hacían pasar por los dueños del pasaporte original.

2.000 DOCUMENTOS REQUISADOS

Los agentes, coordinados por la Agencia Europa de Policía (Europol), requisaron 2.000 documentos de identidad, principalmente, pasaportes y DNIs, 13.000 euros en efectivo, más de 25 móviles y diverso material y herramientas para falsificar documentos. Todo el material intervenido se encontraba en tres viviendas de Barcelona: dos en Ciutat Vella –donde se cometían la mayoría de los hurtos– y una tercera en Horta.

 

La organización tenía ramificaciones en Europa. Durante la investigación se interceptó un paquete enviado a Grecia que contenía 100 documentos, 65 de los cuales habían sido denunciados como robados. 

UN ANALISTA DE EUROPOL, CLAVE

En un comunicado, la Policía Nacional destaca el papel de un experto analista de Europol en el proceso de extracción de la información que proporcionaron los teléfonos requisados. El cuerpo de policía también "agradece la colaboración ciudadana" durante la investigación del caso.

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