Las violaciones se disparan un 60% en Barcelona
Las policías reciben 129 denuncias por agresiones sexuales con penetración entre enero y septiembre de 2021
6 enero, 2022 00:00Noticias relacionadas
Las agresiones sexuales con penetración (violaciones) se dispararon en Barcelona entre enero y septiembre de 2021. Así lo reflejan los datos del Ministerio de Interior, que recoge la información de Mossos d'Esquadra, Guardia Urbana, Policía Nacional y Guardia Civil. Las policías recibieron 129 denuncias por este delito frente a los 81 registrados el mismo período de tiempo de 2020, lo que supone un aumento del 59,3%.
Los tres meses del estado de alarma declarado al inicio de la pandemia (entre marzo y junio) podrían explicar este aumento de casi 50 casos más. El Código Penal español castiga con penas de entre 6 y 12 años de cárcel este tipo de delitos para el que es necesario que exista penetración (ya sea vía vaginal, anal o bucal) y que se use la violencia o la intimidación. En el delito de agresión básico el atacante también usa la violencia, pero no existe la penetración. En estos casos, los agresores se enfrentan a una pena inferior, de entre 1 y 5 años de prisión.
LOS HURTOS CAEN UN 13%
La violación es el delito contra la libertad sexual más grave de nuestro sistema jurídico. El conjunto de estas conductas –que también contemplan los abusos sexuales, el acoso o el ciberacoso, entre otros– aumentaron un 32,6% el año pasado. Un total de 659 posibles víctimas denunciaron alguno de estos delitos en las distintas comisarías de la ciudad. En 2020 fueron 497, según el balance de criminalidad del Gobierno.
Los hurtos destacan por encima de todos los delitos. Las distintas policías con competencias en Barcelona cifran en 37.101 los robos sin violencia –al descuido– que se cometieron durante los primeros tres trimestres del año pasado. Contra todo pronóstico, supone una caída del 12,9% de hurtos respecto a los 42.598 de 2020. Estos robos se redujeron prácticamente a cero durante, al menos, el período del estado de alarma y el confinamiento total de la población (mediados de marzo hasta principios de junio). Si se compara con 2019 la caída es en picado, pues ese año se registraron 84.258 hurtos, una cifra muy similar a la de 2018.
LA INSEGURIDAD, PRINCIPAL PROBLEMA PARA LOS VECINOS
Los robos con violencia (los cometidos contra personas) aumentaron un 6,2% en la ciudad (de 6.950 a 7.378 asaltos). En cambio, los robos con fuerza en domicilios y establecimientos disminuyeron un 21,%. También se redujeron los robos de coches (-9,4%) aunque el delito de tráfico de drogas se disparó un 26,6% (de los 583 delitos de 2020 a los 738 de 2021).
Barcelona registró un total de 91.434 delitos entre enero y septiembre del año pasado, un 2,9% menos que en 2020. Es un delito cada cuatro minutos. Estos datos desiguales hacen difícil marcar una tendencia, en principio ligeramente a la baja. Sin embargo, los barceloneses perciben la inseguridad como el principal problema que tiene la ciudad. Y esto ocurre desde 2018. Un 20,8% de la ciudadanía consultada por el mismo Ayuntamiento en el último barómetro de este 2021 considera que los delitos aumentan y que las administraciones no hacen suficiente para atajarlo. Este indicador se dispara un 7% en comparación con la encuesta de julio. Desde hace tres años, los vecinos siguen colocando la seguridad como máxima prioridad. El gobierno de Ada Colau suspende en seguridad y las cifras así lo demuestran.
La antigua activista antidesahucios tomó la vara de mando de la ciudad en 2015 cuando la inseguridad solo preocupaba a un 4% de los habitantes de Barcelona. Esa cifra ha ido subiendo progresivamente año tras año hasta que en diciembre de 2018 se disparó con el 21% de los ciudadanos mostrando su máxima preocupación por los delitos cometidos en la urbe. En 2019 se registró un pico histórico con un 29% de los barceloneses alertados por la inseguridad en la capital catalana. Jamás en los últimos 30 años (desde 1991) se había alcanzado esa cifra.
MÁS DELITOS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL
Los hurtos son los delitos que más se repiten. El ha contabilizado 37.101 hurtos entre enero y septiembre de 2021, un 12% menos que durante el mismo período de tiempo de 2020. Los tres meses del estado de alarma de ese año (marzo a junio) con una población clausurada en casa explica el descenso de los robos sin violencia cometidos que se cometen en la calle, el transporte público y lugares públicos.
Los datos de Interior muestran que los delitos contra la libertad sexual (violación, agresión sexual, abuso, acoso, ciberacoso y exhibicionismo) son los que más han aumentado. Lo han hecho un 27,4%. Las policías han recibido 530 denuncias en comparación con las 416 de 2020. De nuevo, los tres meses de confinamiento podrían explicar este repunte. En todo caso, será necesario analizar el mismo dato en 2022 para confirmar esta relación.
MULTIREINCIDENCIA
Barcelona tiene un problema con la multirreincidencia. Durante la primera mitad del año pasado, los Mossos d'Esquadra (competentes en la investigación de los delitos penales como robos, tráfico de drogas y los relacionados con la libertad sexual) y la Guardia Urbana detectaron a 143 ladrones con decenas de antecedentes cada uno. Entre todos acumulaban cerca de 4.500. Los agentes habían logrado detener a 111 de ellos, la mayoría por robos con violencia en la calle.
Hace una semana, el concejal de Cultura, Jordi Martí (Barcelona en Comú) tachaba de "sorprendente" el crecimiento de la inseguridad como principal problema para sus ciudadanos. Explicó que "los datos delincuenciales están por debajo de los de 2019" y apeló a la "percepción" para justificar este resultado desde el punto de vista del gobierno municipal. Pero atendiendo al último barómetro, los datos reflejan que la gestión del gobierno de Colau es cada año peor. Esa es, al menos, la percepción que tienen los ciudadanos.
"LA CIUDAD HA EMPEORADO PARA UN 64%"
En la última encuesta el Ayuntamiento preguntó a 802 vecinos sobre el estado de la ciudad, la valoración de los portavoces políticos, el cambio climático y la economía, entre otros. El 63,8% de los consultados opina que la ciudad ha empeorado. Esa cifra era del 30% en junio de 2015 cuando Colau aterrizó en la plaza de Sant Jaume, en 2017 un 40% lo pensaba y en 2019 un 54%. La subida es exponencial hasta la malísima nota del diciembre pasado.
Por contra, la cantidad de ciudadanos que piensa que Barcelona mejora cae en picado. Solo un 19,4% considera que la situación general es mejor, la mitad que en 2015. Entonces, un 42% de los encuestados pensaban que la ciudad había mejorado en el momento de ser consultados.
ROBOS CONTRA TAXISTAS
El último barómetro se realizó en noviembre con el recuerdo de los altercados del macrobotellón de la plaza de Espanya muy frescos en la memoria de los barceloneses. Recientemente, la inseguridad en forma de robos con violencia contra los taxistas ha enfurecido a un sector que la semana pasada colapsaba la Gran Via durante dos horas para reivindicar una vieja petición: la instalación de cámaras de seguridad que el Institut Metropolità del Taxi (IMET) rechaza. Los conductores avisan a este organismo, en el que el Ayuntamiento tiene mucho peso, que no dejaran de manifestarse hasta conseguir más seguridad en sus vehículos.
LA INSEGURIDAD DE TRIAS, ANECDÓTICA
La evolución de los barómetros que el consistorio registra desde 1991 muestra que la percepción ciudadana sobre la inseguridad es cíclica. Si bien en diciembre de 2019 se registró la cifra más preocupante en relación a este indicador con un 29% de los ciudadanos alertados por este problema, las encuestas de los últimos 30 años han mostrado a una ciudadanía preocupada en menor o mayor medida por los delitos.
En el último mandato del socialista Joan Clos, por ejemplo, (1997-2006) la inseguridad fue el principal problema para los barceloneses durante seis años seguidos. En marzo de 2002 preocupaba al 27% de los ciudadanos y en marzo de 2003 al 28%. El también socialista Jordi Hereu (2006-2011) descendió esa cifra hasta el 10%, pero llegó a picos del 20%. Fue el alcalde Xavier Trias (CiU) el que logró que la inseguridad fuera un problema anecdótico entre la ciudadanía consiguiendo en una encuesta que solo el 3% de la ciudadanía lo percibiera como el principal escollo a resolver. Para hacer justicia con Clos, el exalcalde se acercó a estas cifras al principio de su mandato, entre 1997 y 1999.