A Miquel Àngel Álvarez se le humedecen los ojos cada vez que entra hasta el fondo del local calcinado. Contemplar la pastelería Ideal de Gràcia parcialmente destrozada por el fuego en un negocio familiar de 102 años de historia impacta. Son muchas emociones juntas, pero las que esta mañana predominaban entre la familia son impotencia y desolación.

"No sabemos cuando podremos abrir, tenemos que esperar a las valoraciones de los peritos", comenta su hermano Lluís. A su lado también está María, la hija que con 23 años ya siente su negocio como suyo. "Es el negocio de una vida e impresiona bastante", observa. Los bomberos desconocen el origen del fuego que los ocupó durante más de tres horas. Efectivos de siete camiones trabajaron en la extinción y tareas de ventilación.

 

TRES HORAS DE INCENDIO

Fue la abuela de María, que vive enfrente, la que dio la voz de alarma al detectar el olor a humo. El fuego ha devorado por completo el altillo donde se encuentran la oficina y los documentos de la empresa que da trabajo a cinco personas (tres miembros de la familia y otras dos mujeres). Debajo, la fuerza destructora de la bola de fuego se palpa en la maquinaria negra, aunque no dañada del todo. "Aun tengo que hablar con el gestor. Por suerte él guarda muchos documentos importantes", se tranquilizaba Miquel Àngel.

La zona del bar también se ha visto afectada / GUILLEM ANDRÉS

 

El incendio, el único que han sufrido en un siglo, se originó sobre las 02.30 de la madrugada y los bomberos extinguieron el incendio sobre las 05.00. Este mediodía, un fuerte olor a quemado llenaba la pastelería más antigua de la comercial calle de Gran de Gràcia. La mitad del local está inundado, prueba de la gran cantidad de agua que usaron los efectivos del cuerpo de bomberos. 

INSTALACIÓN ELÉCTRICA

"Que desastre", comentaba una vecina de edad avanzada al pasar por delante de la emblemática fachada.Varios vecinos se detenían unos minutos a conversar y a dar ánimos a la familia. "Nos han dicho que quizá debamos esperar tres o cuatro meses", comentaban. Las instalaciones eléctricas han sufrido graves daños y deberán ser reinstaladas de nuevo. En la zona del bar, la madera ha resistido y luce más o menos igual.

Abieto en 1919, es de los pocos establecimientos de la ciudad que mantiene la ambientación original. Sus especialidades son la crema catalana, el chocolate, los turrones y las monas de Pascua. La familia Álvarez confía en que el seguro les cubra los desperfectos y ya solo esperan el día para reabrir y recuperar el esplendor de este histórico negocio familiar, una auténtica joya en una Barcelona que cada año agranda su cementerio particular de comercios emblemáticos que se apagan.



Los bomberos actúan esta madrugada en la pastelería Ideal de Gràcia / CEDIDA

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