El pasado 23 de marzo, la Policía Nacional detuvo a ocho personas –dos de ellas en Barcelona– que formaban parte de una organización criminal que captaba a jóvenes, algunos menores, siguiendo los métodos de las sectas y con la promesa de hacerles ricos invirtiendo en criptomonedas. Ahora se ha sabido que el famoso youtuber Carles Tamayo fue una pieza clave en la investigación.
Tamayo es conocido en internet por destapar estafar y sectas. Según ha explicado él mismo a TV3, durante los meses del confinamiento de 2020 descubrió IM Mastery Academy, una supuesta academia que captaba jóvenes a los que estafaba con criptomonedas, y se puso a investigar. Realizó un reportaje de investigación de seis episodios en el que descubrió que usaban técnicas de secta para captar nuevos adeptos.
"Yo había entrevistado, para reportajes anteriores, a expertos en sectas comerciales, como la psicóloga Laura Merino. Y vi que esto iba más allá de una estafa piramidal", ha explicado en la televisión pública.
Tras destapar la estafa en YouTube, varios de los afectados descubrieron haber sido víctimas de una estafa y denunciaron los hechos. La investigación llevó el pasado día 23 a la detención de ocho personas acusadas de estafa, publicidad engañosa y pertenencia a organización criminal.
ESTAFA PIRAMIDAL CON MÉTODOS DE SECTA
La investigación policial desveló que la red captaba a jóvenes abordándolos en parques públicos o a través de eventos presenciales organizados en hoteles, de manera que les prometían una formación gracias a la cual ganarían cuantiosas sumas de dinero sin trabajar. Pero una vez matriculados, la enseñanza pasaba a tener un papel secundario y la organización se dedicaba a presionarles para captar a nuevos estudiantes conformando así una estafa de tipo piramidal.
Les exigían un primer ingreso de 200 euros y una cuota mensual de 150 euros, y si captaban a dos personas más dejaban de pagar. A partir de su tercera captación, comenzarían a cobrar mensualmente, según detalla la Policía, que relata que los cabecillas proporcionaban a los nuevos miembros guiones para abordar y persuadir a nuevos miembros potenciales.
Los agentes destacan que la presión sobre los jóvenes para que abandonaran sus estudios, e incluso cortaran sus relaciones familiares, era tal que "rozaba determinadas técnicas de presión propias de las sectas". Además, en el caso de dos adolescentes, captadas cuando tenían 17 años, llegaron a abandonar el domicilio familiar para convivir con miembros de la organización.