Aldo recuerda la tarde del pasado 25 de mayo con una mezcla de excitación y cierto miedo por el riesgo evidente que implicó su actuación. Ese día, después de frustrar el robo de una mochila en la playa de la Barceloneta, decidió junto a un amigo perseguir a dos presuntos ladrones. Los hostigaron durante varias horas. Tras tres encontronazos, un enfrentamiento con ellos en un callejón del Gòtic –con varios intentos de apuñalamiento incluidos– la historia terminó con los dos ladrones detenidos y un tercero compinche en los alrededores de Arc de Triomf.
En el siguiente vídeo, se aprecia cómo el amigo de Aldo inmovilizaba a uno de los dos sospechosos, que se quejaba lanzando improperios, mientras intentaba con dificultades coger una bocanada de aire. Minutos más tarde, dos coches y un furgón de Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana aparecían en el paseo de Lluís Companys y detenían al hombre y a dos compinches más. Eran alrededor de las 17.00 horas. Sin embargo, la secuencia de los hechos empezaba mucho antes, sobre las 14.00 horas, en la Barceloneta.
"SE HICIERON PASAR POR FRANCESES"
Como otras muchas tardes, el joven ejercitaba sus músculos en la zona de deporte ubicada en la playa de Sant Sebastià, a unos pasos del Hotel Vela. Con dos colegas más entrenaba en las barras clavadas en la arena cuando se acercaron dos jóvenes de origen extranjero. "Se hicieron pasar por franceses. Nos comentaban lo fuerte que estábamos mientras echaban un ojo a nuestros móviles", recuerda.
Tras este extraño encuentro, los dos sospechosos se alejaron en dirección a las rocas y se dirigieron a un grupo de extranjeros. Intentaron coger una mochila aunque fueron sorprendidos por uno de los visitantes. Minutos después lograron llevarse otra bolsa de otro grupo. En ese momento, Aldo y sus amigos, que habían empezado a grabar la secuencia, decidieron barrar el paso al ladrón. Se acercaron a él tras gritarle en el paseo, le quitaron la mochila y el rufián se alejó sin ofrecer apenas una queja, sorprendido por la aparición de tres jóvenes tan determinados a actuar, a los que posiblemente confundió con policías de paisano.
INTENTO DE APUÑALAMIENTO
Los tres jóvenes devolvieron la mochila a la víctima del hurto y regresaron al paseo para emprender una persecución en busca del ladrón y un compinche que lo acompañaba. Durante el trayecto llamaron a la policía y unos agentes en motocicletas se acercaron para escuchar el relato y buscar por su lado a los ladrones. Aldo y uno de los amigos siguieron en paralelo la búsqueda hasta el paseo del Born. Allí, en un callejón, se toparon con los dos supuestos ladrones y las dos parejas de amigos se enzarzaron en una pelea.
Uno de los dos delincuentes sacó una navaja de nueve centímetros e intentó apuñalar "unas cuatro veces" a Aldo. "No me la clavó porque conseguí defenderme con la bicicleta. Luego él cogió la bici y me la lanzó. También me rompió mi móvil, que por suerte aun me funciona", explica. El joven del cuchillo es el compinche que una hora antes veían abandonar la playa tras descubrir in fraganti al otro ratero. "Parecía de película. Los guiris nos miraban alucinados", sigue. Los Mossos d'Esquadra señalan a este medio que en caso de presenciar un delito o una emergencia se debe llamar al 112 para que los cuerpos y fuerzas de seguridad realicen su labor policial.
FELICITACIÓN DE UNOS AGENTES
Tras el enfrentamiento, volvieron a llamar a la policía y, juntos, retomaron la persecución. Cuando creían que le habían perdido la pista, el tercer amigo que había abandonado la persecución los llamó para informarles que los dos sospechosos estaban en Arc de Triomf. Se habían cambiado de ropa. Los dos muchachos, el otro menor de edad, no dudaron en enfrentarlos de nuevo. Cuando vieron al individuo de la mochila, ahora con una camiseta rosa, se abalanzaron contra él, lo retuvieron y lo inmovilizaron hasta la llegada de la policía.
Los Mossos detuvieron, finalmente, a tres ladrones: el joven retenido, y a dos compinches más ubicados en los alrededores. Uno de ellos era el autor del intento de apuñalamiento. Aldo cuenta que los policías lo felicitaron, pero que también le alertaron del peligro que suponía su actuación. También le recomendaron que se postulara para acceder al cuerpo de policía, una opción que este joven baraja desde hace dos años y que, ahora, ve más cerca.