El desalojo del antiguo campo de fútbol de la Damm de este lunes se vivió con cierta tensión cuando un grupo de activistas del Sindicat de l'Habitatge de Nou Barris quiso impedir la acción judicial. Era la tercera vez que el Ayuntamiento de Barcelona, propietario de la instalación deportiva desde hacía unos años, intentaba el desahucio. Dentro, instalados en los vestuaros, malvían cinco personas en situación administrativa irregular.

 

La entidad a favor del derecho a la vivienda convocó una protesta a través de las redes sociales para intentar frenar el desahucio. Este miércoles, la plataforma ha publicado un vídeo que muestra a efectivos de la UREP, la unidad de Refuerzo para las Emergencias y la Proximidad, empujando a varios activistas. 

LANZAMIENTO DE OBJETOS

El Sindicat acusa a los policías de "ejercer la violencia" sobre los concentrados y denunciaba que algunos habían sufrido heridas en pies y manos. Una portavoz del Ayuntamiento explica que los agentes se vieron obligados a actuar por el "lanzamiento de objetos" contra una máquina excavadora. Un testigo niega a este medio cualquier lanzamiento y explica que los policías intervinieron cuando los activistas trataban de impedir el paso de la máquina.

Los activistas acusan al consistorio de no cumplir los requisitos judiciales del proceso de desalojo al no dar opción de recurso. Aseguran que se han "vulnerado los derechos individuales" y cualifican a la UREP de "cuerpo represivo".

FUTURO DEL CAMPO

Desde el distrito de Nou Barris informaban este lunes a Metrópoli que el proceso participativo abierto para decidir el uso del solar "sigue activo y está pendiente su cierre". Se hizo una reunión para valorar las propuestas presentadas y el siguiente paso pasará por celebrar una segunda sesión "definitiva" para decidir qué se hará antes de iniciar la redacción del proyecto.

 

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