El final de la pandemia ha supuesto la recuperación de la actividad económica en todos los ámbitos. El turismo y el ocio recreativo en el mar de Barcelona son un reflejo de la vuelta a una normalidad que no se registraba desde 2019. En la capital catalana, la intensa actividad de las empresas de motos de agua de alquiler preocupan a la Guardia Civil. 

Los agentes del Servicio Marítimo Provincial de Barcelona han detectado este 2022 un aumento de las infracciones de los conductores de estas pequeñas embarcaciones. En lo que llevamos de año, las patrulleras han inspeccionado a 39 motos acuáticas. De estas, 13 habían cometido alguna infracción, según los datos que facilita esta oficina a Metrópoli.

ZONAS BALIZADAS PARA BAÑISTAS

Con frecuencia, estos usuarios entran en zonas balizadas para bañistas. El capitán Francisco Torres Fernández, máximo responsable del servicio marítimo en la capital catalana, explica que las empresas solo pueden realizar rutas con cuatro clientes a la vez. Es habitual, sin embargo, que estas compañías superen esta cifra. 

"De momento no tenemos accidentes, pero sí que se viven situaciones de riesgo. La gente ha salido con más ímpetu tras la pandemia", comenta el guardia civil. Fernández dirige desde el verano de 2021 un grupo de unas decenas de agentes encargados de velar por la seguridad del resto de navegantes en el mar de Barcelona y en perseguir cualquier tipo de delincuencia.

Servicio Maritimo Provincial de Barcelona de la Guardia Civil / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

En la localidad de Llançà (Costa Breve) conocen bien el descontrol que las motos de agua suponen. Una asociación a llegado pedir que se impida la entrada de estas embarcaciones a la bahía de Llançà hasta el Cap de Reus. En esta zona del Alt Empordà, los vecinos denuncian que los usuarios no saben convivir con el resto de bañistas y que suponen un peligro para su seguridad.

TRES EMBARCACIONES

Las tres embarcaciones que la Benémerita tiene en Barcelona están disponible 24 horas al día y 365 días al año. Son las encargadas de inspeccionar las numerosas embarcaciones de recreo que navegan por la costa de la provincia de Barcelona. Su ámbito de actuación contempla hasta las 12 millas mar adentro. 

Servicio Maritimo Provincial de Barcelona de la Guardia Civil / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

Las primeras naves empezaron a patrullar durante los Juegos Olímpicos de 1992. En verano, las problemáticas se multiplican por diez. Algunos de los servicios más habituales consisten en rescatar a bañistas desorientados y embarcaciones sin control, pero también se encargan de buscar a personas desaparecidas. 

 

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