La Guardia Urbana precinta una clínica dental clandestina en Barcelona. El espacio, que se encontraba en los bajos de unos pisos de la calle de Comte de Borrell, no disponía de licencia para funcionar como un dentista y trabajaban de forma oculta.
La policía local detectó el negocio tras recibir un aviso por un posible incendio en el establecimiento. Cuando los agentes llegaron vieron que no había fuego y, al inspeccionar el local, detectaron "deficiencias administrativas e higiénico-sanitarias".
ACTIVIDAD ENCUBIERTA
Los agentes han explicado que encontraron material relacionado con "la odontología encubierta". Además, vieron que en el centro había literas con luz y calefactores "que podían servir para hacer intervenciones bucodentales".
En el registro intervinieron material, joyas de metal noble –"seguramente utilizadas para aplicar en empastes o prótesis dentales"– y paquetes de yeso para hacer moldes de piezas dentales. El material no cumplía con las condiciones adecuadas para la actividad médica o quirúrgica y no se podía garantizar la correcta desinfección antiséptica.
SIN TITULACIÓN
Además, la Guardia Urbana localizó al responsable de realizar la actividad odontológica y comprobó que no disponía de titulación.
Actualmente, hay dos personas relacionadas con la clínica en calidad de investigadas acusadas de un delito contra la salud pública.