Un hombre ha aceptado este jueves, 2 de febrero, una condena de dos años y once meses de cárcel por acosar sexualmente por redes sociales a una menor a la que conoció a través del juego 'Pinturillo', lo que le permitió ganarse su confianza para que le enviara fotos íntimas.



En una sentencia "in voce", la sección novena de la Audiencia de Barcelona ha condenado al hombre por un delito de abusos sexuales continuados y 'child grooming' a dos años y 11 meses de cárcel, pena que, como ha solicitado su defensa, le ha sido suspendida, por lo que no deberá entrar en prisión

Unos menores con teléfono móvil / ARCHIVO

CONDICIÓN DE NO DELINQUIR

Las partes habían llegado a un acuerdo de conformidad por el que se reducía la petición de pena inicial de la Fiscalía, de 10 años de cárcel. La pena ha sido suspendida a condición de que no delinca en los próximos 3 años y pague una indemnización de 1.680 euros a la víctima.



El acusado, que ha reconocido los hechos, padece un trastorno Asperger y una discapacidad del 33 %, lo que ha sido considerado por la Fiscalía como un elemento que "merma sus facultades cognoscitivas y volitivas" que permite rebajarle la pena. 

SE GANÓ SU CONFIANZA

El hombre conoció a la menor a través del juego de mesa en línea 'Pinturillo' en 2017 y después pasaron a comunicarse a través de Whatsapp, a pesar de que la menor había expresado desde el primer momento que tenía 14 años y que cursaba tercero de ESO. 



De manera progresiva, el acusado se ganó la confianza de la menor, llegando a mentirle de nuevo al decir que tenía 26 años y "la involucró" en una relación de dominación de alto carácter sexual" en la cual le "relataba sus fantasías sexuales de las que la menor era objeto", según el escrito de la Fiscalía que el acusado ha asumido. 

"GUARRA" Y "ZORRA"

En su escrito, el ministerio fiscal recoge toda una serie de conversaciones en las que el hombre le describía episodios imaginarios en los que mantenían relaciones sexuales refiriéndose a la menor con expresiones como "eres tan guarra y tan zorra". 



Con estas conversaciones, que se sucedieron hasta que la madre interpuso una denuncia en 2018, incitaba a la menor a que se masturbase y en varias ocasiones consiguió que le enviase fotos sin camiseta. Además, también invitaba a la menor a encontrarse y mantener relaciones sexuales. 

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