Las pruebas de ADN han confirmado restos de semen de Dani Alves en las muestras intravaginales de la víctima, según los resultados del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. De este modo, se desmiente la tercera versión que dio Alves ante la magistrada , cuando afirmó que la joven le practicó una felación pero que no hubo penetración. Ahora, las muestras de ADN han tirado por tierra los arguementos que aportó Alves durante las primeras semanas desde que se inició el proceso judicial, según avanza El Periódico.
PRISIÓN PROVISIONAL
Alves sigue en prisión preventiva por presuntamente violar a una joven de 23 años en un baño de la discoteca Sutton el pasado 31 de diciembre.
La joven, tras la supuesta agresión, fue enviada en ambulancia esa misma madrugada del 31 de diciembre al Hospital Clínic. Allí, la víctima fue sometida a un examen forense que recogió muestras biológicas intravaginales. En esas muestras aparecieron restos de semen. También había líquido espermático en la ropa interior de la denunciante.
RESTOS DE SEMEN
La policía científica de los Mossos d’Esquadra practicó una inspección ocular técnico policial en el baño del Sutton, donde presuntamente ocurrieron los hechos.
Se recogieron muestras de semen de cuatro lugares distintos. Los agentes detectaron restos en el suelo. Además, tras analizar el vestido que la víctima entregó en comisaría cuando acudió a poner la denuncia por estos hechos, también se hallaron más restos en la ropa.
LA ÚLTIMA VERSIÓN DE ALVES
La última versión del futbolista reconocía que había habido penetración, pero según Alves de manera consentida. La declaración fue la cuarta versión que ha dado el jugador, quien en unos inicios negaba completamente los hechos, incluso conocer a la víctima.
En un primer momento, el exculé difundió un vídeo diciendo que no conocía de nada a la chica. Más tarde dijo que solo hubo tocamientos y en su tercera versión aseguró que ella se le abalanzó encima para hacerle una felación mientras él estaba en el baño, pero que no hubo penetración.
En su última declaración ha reconocido que sí que la hubo. Asegura que estas mentiras las dijo para ocultar la infidelidad a su esposa, Joana Sanz, quien le ha pedido el divorcio.