El hombre de 30 años que mató a Josep Boan, un vecino de Barcelona de 20 años, no entrará en la cárcel. Han condenado a Asier González a dos años de prisión por homicidio imprudente, una pena que, al no tener antecedentes, no cumplirá. Metrópoli ha podido hablar con la madre de la víctima, que ha explicado detalladamente cuál fue la causa del siniestro y su lucha por la reforma del código penal para pedir penas más elevadas para este tipo de homicidas.

Maria Pilar Rosanes perdió a su hijo el 9 de agosto de 2020. Josep era un aficionado de las motos, tal como mostraba él mismo en sus redes sociales. El día de los hechos, estaba con su padre de vacaciones en Finisterre. Tenían que ir hasta Santiago de Compostela, a poco más de una hora. El joven de 20 años hizo el trayecto en motocicleta, mientras su padre lo seguía a 15 metros con el mismo tipo de vehículo.

Josep Boan y su padre durante el viaje a Galicia / CEDIDA

EL HOMICIDA, EN LIBERTAD

Josep no llegó nunca a su destino. Cuando estaba de camino, un coche lo embistió a una velocidad mínima de 116 kilómetros por hora y perdió la vida al instante. Su padre lo vio todo y, desde ese día, Maria Pilar Rosanes lucha de manera insaciable para conseguir justicia para su hijo, una justicia que aún no ha podido ver: el hombre que lo mató sigue libre en la calle. Además, hasta que la sentencia no sea firme, Asier puede seguir conduciendo. Ni siquiera ha tenido que pagar ningún tipo de multa.

La madre del joven de 20 años remarca que lo que le pasó a su hijo no fue un accidente, fue un siniestro. La diferencia entre uno y otro es que, el primer caso se da cuando la situación la provoca un desencadenante de hechos imprevisibles. Por ejemplo, que caiga un árbol en medio de la vía. En cambio, hablamos de un siniestro cuando el suceso se da por un error humano o una circunstancia que se podría haber evitado, que es exactamente lo que le pasó a Josep.

VERSIÓN LLENA DE CONTRADICCIONES

Tal como se puede ver en la sentencia, a la que ha tenido acceso este medio, el homicida obvió tres señales de tráfico que indicaban que no podían superar los 60 y los 70 kilómetros por hora en varios tramos. El ya condenado aseguró que no había excedido los límites de velocidad y que ni siquiera había visto la moto. Según su versión de los hechos, llena de contradicciones, le había parecido ver un animal y pegó un volantazo para esquivarlo, invadiendo el carril contrario en el que iba Josep.

No obstante, la Guardia Civil desmontó su coartada: según la minuciosa investigación que hicieron, Asier González conducía a un mínimo de 116 kilómetros por hora, 46 kilómetros más rápido de lo permitido. El Instituto Armado también desmintió lo que se había inventado del animal en medio de la vía: "No es posible que el acusado tratase de esquivar un animal desviándose hacia la izquierda", dice la sentencia.

Imagen del día del siniestro del informe pericial / CEDIDA

ARTÍCULO 142 DEL CÓDIGO PENAL

La jueza asegura que no le puede poner una sanción más elevada porque no superaba los 80 kilómetros por hora. A Maria Pilar no le sorprende en absoluto esta condena, de hecho, según explica ella misma, ya se lo esperaba. "Cuando supimos que lo iban a juzgar por el artículo 142 del Código Penal, sabíamos que saldría impune, pero teníamos muy claro que esto tenía que pasar por el juzgado".

La madre, que está en tratamiento psicológico y psiquiátrico desde que perdió a su hijo, lucha para conseguir una reforma del Código Penal. "Me niego a aceptar que mi hijo, nuestros hijos, sean solo un número en un telediario, un porcentaje en una rueda de prensa o un simple tuit de 280 caracteres", explica la mujer en una petición en Change.org, en la que pide penas más duras contra los delincuentes viales.

ASIER GONZÁLEZ

Asier González, el responsable de la muerte del joven de Barcelona, semanas después del homicidio, compartía fotos en sus redes sociales haciendo el gesto de "victoria" y asegurando que la vida le había dado una segunda oportunidad. "Muchas veces dicen que cuando tienes un accidente y sales vivo, vuelves a nacer. Esa es la sensación", explica en el pie de foto de la foto. 

A la derecha, Asier González dos semanas después del siniestro mortal / REDES SOCIALES

NO SE SIENTE CULPABLE

"Como él no tenía intención de matarlo, no se siente culpable. De hecho, se presenta como una víctima, a pesar de que su imprudencia le ha costado la vida a mi hijo", dice Maria Pilar, que jamás ha recibido una disculpa de la persona que le arrebató la vida a quien más quería. La mujer lamenta que, como la sentencia aún no es firme, Asier sigue conduciendo.

"Cuando vi su actitud, me di cuenta de que había hecho muy bien en denunciarlo. Si hubiese hablado con nosotros, le habríamos retirado la denuncia. No es consciente de que él no es la víctima de un accidente, sino el responsable de un siniestro", explica la madre de la víctima.

Josep Boan, el vecino de Barcelona muerto en un accidente de tráfico

SOLO EL 2%

En España, matar a una persona en un siniestro vial tiene una pena mínima de un año y máxima de cuatro, sin ningún tipo de sanción económica. Esto, en la práctica, significa que la mayoría de homicidas no llegan a pisar nunca la cárcel. De hecho, solo lo hacen el 2% de ellos y, en la mayoría de casos lo hacen porque tienen antecedentes.

Es por este motivo que la batalla de Maria Pilar consiste conseguir la reforma del artículo 142 del Código Penal. Parte de su activismo también se centra en mostrar en redes sociales cómo era Josep, cuáles eran sus gustos, sus aficiones y su carácter. Que la gente vea que no es un número, sino una persona, hace que los conductores empaticen con su situación hace que sean más prudentes cuando cojan el coche.

Metrópoli ha intentado contactar con el autor de los hechos, pero no ha obtenido respuesta.

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