Habla la madre de una de las niñas violadas en Badalona: "Los Mossos nos han maltratado"
Teresa Prados asegura que su hija y ella se sienten "ninguneadas" por las administraciones y los cuerpos policiales
29 marzo, 2023 15:51Noticias relacionadas
Relato desgarrador de la madre de una de las víctimas de agresión sexual en el centro Màgic de Badalona. Teresa Prados, que también es una de las representantes de una plataforma de madres que apoyan a las chicas agredidas en el municipio, ha explicado este miércoles, 29 de marzo, el proceso por el que pasa su hija desde que un grupo de 10 jóvenes abusaron de ella en los lavabos del centro comercial.
La rueda de prensa ha sido convocada por la citada plataforma, además de por el Sindicat d'Estudiants y la plataforma Lliures i Combatives a las puertas del Màgic. "El de mi hija no es un caso aislado. Si las víctimas tardan en decir lo que ha ocurrido no es que se inventen nada, es que sienten vergüenza", ha expresado, visiblemente afectada, Prados.
10 AGRESORES
La mujer ha explicado lo costoso que ha sido tomar la decisión de hablar en público, pero "es la única manera de que nos hagan caso". Prados asegura que su hija y ella se sienten "ninguneadas" por las administraciones. "Cuando acudió a los servicios municipales de atención para la salud mental le dijeron que se tomase pastillas para dormir", ha denunciado la madre.
La hija de Teresa fue agredida en agosto del 2022 en los lavabos del Màgic cuando tenía 16 años. Un grupo de 10 jóvenes la llevaron al lavabo de la primera planta a punta de navaja. Allí, dos de ellos la agredieron, mientras un tercero esperaba su turno y los otros vigilaban en la puerta que no viniese nadie. Finalmente, la joven, en un momento, cogió fuerzas y "escapó corriendo como pudo", ha detallado su progenitora.
"SE LE PARALIZÓ LA VIDA"
Teresa ha asegurado que, tras el suceso, a su hija "se le paralizó la vida". La niña confesó lo ocurrido meses después. "El 22 de diciembre lo contamos y a mí me dijeron que abandonase todas las tareas y me centrase en ella. El 17 de enero una psiquiatra nos dijo que la derivarían a Can Ruti y que teníamos que intentar que saliera del hoyo". Según la mujer, a partir de aquí a su hija la "abandonaron": "No sale de la cama y pide ayuda".
"NOS HAN MALTRATADO"
En febrero la familia presentó una denuncia ante los Mossos d'Esquadra, pero el trato, dice Teresa, fue "nefasto": "Nos han maltratado y nos han puesto en duda. La están atosigando para que señale a alguien sí o sí y ella no culpará a nadie inocente", advierte Teresa.
El pasado viernes, 24 de marzo, ambas acudieron a comisaría para identificar a los potenciales agresores: "Salió llorando y temblando porque los agentes insinuaron que se lo inventaba". Teresa explica que, además, la policía le niega la información: "Dicen que yo solo acompaño a mi hija".
La mujer también ha dedicado unas duras palabras al alcalde de Badalona, Rubén Guijarro. Lo acusa de estar más centrado en la atención a los medios que en las propias víctimas.
LO NIEGAN
Según ha podido saber Metrópoli, fuentes internas del cuerpo de los Mossos d'Esquadra niegan rotundamente los hechos que Prados relata. Destacan el buen hacer de la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS), que es la que está investigando las agresiones. El equipo, además, cuenta con los mismos profesionales que actuaron en el caso de la violación grupal a una joven en Igualada.
Las mismas fuentes lamentan la politización de los escabrosos casos y destacan que la plataforma de madres en apoyo a las víctimas se ha creado "justamente" ahora.
CINCO CASOS
La agresión sexual de la hija de Teresa se enmarca en la oleada de abusos que se dan a conocer poco a poco en el Màgic, a raíz de la primera víctima de 11 años. Con este ya son cinco los casos que los Mossos investigan. El último en conocerse lo ha avanzado este medio en exclusiva: un adulto citó a un menor de edad en los lavabos del centro a través de una aplicación de citas.
En al menos tres de los sucesos, el modus operandi ha sido similar y los autores podrían coincidir: un grupo de jóvenes, algunos también menores, que obligan a las víctimas a acudir a los lavabos para perpetrar la agresión sexual en grupo.