La familia del joven de origen albanés que murió en 2020 en Barcelona y cuyo cuerpo fue repatriado a su país de origen sin el corazón sospecha de un posible caso de tráfico de órganos. Continúan las pesquisas sobre el escabroso caso que no deja de arrojar incoherencias, lo que ha hecho que los familiares del fallecido sospechen de un acto delictivo.
El 8 de mayo de 2020, el fallecido acudió al Hospital del Mar de Barcelona acompañado de una hermana y presentando un cuadro de fiebre. Allí, murió debido a "las maniobras de contención del personal de seguridad en respuesta a una agitación que presentó en el contexto de su cuadro clínico", según aclaró el Defensor del Paciente. Tras su muerte, su cadáver se trasladó a Albania, pero le faltaba el corazón. La familia exigió el informe de la autopsia del corazón y descubrieron que la fecha de este estaba fijada 17 días antes de que el joven falleciera.
Con todos estos datos en la mano, consideran "sumamente irregular" todo el proceso y sospechan que es posible que alguien robara el órgano del joven para traficar con él. Por su parte, la Audiencia de Barcelona no ha aceptado hacer la prueba de ADN al órgano para corroborar que pertenece al joven. Durante estos años, la justicia albanesa también ha solicitado ayuda a la española, aunque el caso ya se ha archivado.
La presidenta del Defensor del paciente, no obstante, ha pedido "por respeto a los derechos humanos", que se entregue el corazón garantizando la seguridad del mismo a Albania, si bien España lo ha rechazado.