Las celebraciones de Navidad y Fin de Año están al caer. Son momentos en los que llegan los excesos en el consumo de comidas y bebidas. El riesgo no está exclusivamente en un inoportuno aumento de peso. Hay que prestar especial cuidado a un órgano tan importante y necesario como el corazón.
Un estudio de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, observó un aumento del 8% en problemas cardiovasculares durante estas fiestas. Incluso se ha detectado un considerable incremento en los casos de colesterol alto y de hipertensión, lo que no favorece en absoluto la salud del corazón.
CUIDADO CON LOS EXCESOS
Los especialistas, sin embargo, aseguran que cuidar el corazón y disfrutar de las fiestas navideñas no es incompatible si se siguen algunas sencillas recomendaciones, como las expuestas por el doctor Julio Carballo Garrido, jefe del Servicio de Cardiología del Centro Médico Teknon. El secreto está en planificar bien los menús y escoger los más saludables, compensar las comilonas e intentar practicar la moderación.
Durante la Navidad se ingieren comidas ricas en sal y grasa, además de los típicos dulces, como turrones o mazapanes. La Fundación Española del Corazón (FEC) advierte de que estos alimentos son excelentes dentro de una dieta equilibrada pero, su consumo excesivo y desproporcionado en muy pocos días, puede provocar subidas de la tensión arterial, retención de líquidos, descompensación de la función cardiaca, digestiones pesadas etc.
Aunque este abuso es perjudicial para cualquier persona, lo es mucho más para aquellas que padecen una enfermedad cardiovascular o factores de riesgo, como hipertensión, obesidad, diabetes o tabaquismo, que deben por lo tanto tener especial cuidado con la alimentación en estos días.
DIEZ CONSEJOS PARA UN CORAZÓN SANO
- Mantener controladas las emociones y el estrés.
- No excederse con el consumo de calorías y optar por menús saludables.
- Controlar el consumo de alcohol: un exceso puede causar un aumento de peso considerable debido al elevado aporte calórico y por su efecto tóxico en personas con una enfermedad cardiológica.
- Vigilar el consumo de sal porque puede aumentar la tensión arterial y provocar retención de líquidos, uno de los factores desencadenantes de una insuficiencia cardiaca.
- Tratar de reducir la ingesta de azúcar y grasas por su alto aporte calórico, que conlleva un aumento de la grasa visceral que está asociada a un mayor riesgo cardiovascular.
- No descuidar la correcta toma de medicamentos si hay un tratamiento prescrito.
- Dormir suficiente durante la noche.
- ¡Ojo con las digestiones y los sobresfuerzos!
- Mantenerse activos y evitar el sedentarismo. Continuar con la actividad física diaria evita el exceso de calorías, y además permite controlar la presión arterial.
- Propósitos de nuevo año saludables. ¡Qué tal dejar de fumar, perder esos kilos de más o hacer ejercicio, por ejemplo!