El Juzgado de Violencia Sobre la Mujer 1 de Barcelona ya ha enviado a prisión provisional y sin fianza al presunto asesino de Nou Barris, quien mató a su pareja, una joven de 29 años, hace dos días.
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha informado de que el acusado se ha acogido a su derecho a no declarar tras pasar a disposición judicial. La causa continúa abierta contra el joven, de 34 años, por haber matado a su pareja, contra la que no constaban antecedentes judiciales de violencia de género.
MINUTO DE SILENCIO
El trágico suceso ha dejado consternada a la capital catalana. El pasado lunes, miembros del Ayuntamiento celebraron un minuto de silencio, así como también se hizo en la sede del distrito.
Los Mossos d'Esquadra detuvieron la madrugada del domingo a un hombre de 34 años por presuntamente asesinar a su novia de 29 años en el barrio del Turó de la Peira. Los hechos se produjeron sobre la 1:00 horas de la madrugada, cuando la policía catalana recibió un aviso para dirigirse a un domicilio donde había una mujer asesinada.
En el auto, la jueza expone que el presunto asesino llamó a emergencias y explicó que diciendo que "su pareja había intentado matarle y que él le había matado a ella" y, para ello, utilizó un cuchillo de cocina asestándole nueve puñaladas.
INDICIOS DE ASESINATO
De estas, solo dos en el pecho fueron mortales y las otras siete eran "innecesarias", en opinión de la magistrada. Una de ellas impactó en la espalda, otras cuatro en el cuello y dos más en los ojos. Son estas puñaladas las que levantan un velo de sospecha, pues causaron "un sufrimiento innecesario, inhumano, y que además no eran lesiones que por sí mismas le fueran a causar la muerte, por lo tanto, no eran necesarios para el fin perseguido por el investigado". Además, no la mataron en el momento, sino que la joven seguía viva cuando llegaron los técnicos sanitarios.
Además, descarta por el momento la versión de la defensa propia, y es que el joven llamó a emergencias y antes de que llegaran lavó el cuchillo que utilizó y lo colocó en la mesa. Fue revisado por un médico forense, que no detectó ni un solo arañazo ni otra señal de agresión.