Unos ladrones se hacen pasar por revisores del gas y roban 70.000 euros a una anciana en Barcelona

Cazados. Los Mossos d'Esquadra han logrado desmantelar a una banda delictiva que robó hasta 70.000 euros a una anciana de 86 años. Los estafadores se hacían pasar por revisores del gas y, gracias a ello, lograron acceder al domicilio.

Los delincuentes seleccionaron a su víctima por su avanzada edad y situación de vulnerabilidad ante esta clase de ataques. Contactaron a su víctima por teléfono para agendar una cita y dos de ellos se presentaron en su hogar. La víctima, desconocedora de las intenciones reales, les abrió la puerta.

MODUS OPERANDI

Hasta el momento, se han realizado cinco arrestos como resultado de esta operación, y continúa la búsqueda de otros tres individuos que presuntamente forman parte de la misma red criminal.

La desarticulación de este grupo delictivo es el fruto de una laboriosa investigación llevada a cabo por la Unidad de Investigación de la comisaría de Sants-Montjuïc. Todo comenzó con la denuncia de la anciana, quien recibió la llamada fraudulenta el 1 de febrero de 2023, en la que se le anunció la inminente visita de los supuestos operarios para la revisión del gas.

El ladrón de Sants - Montjuïc detenido por los Mossos / TWITTER MOSSOS

ENTRADA EN LA CASA

Pocos minutos después, un hombre y una mujer se presentaron en su domicilio, simulando ser los revisores. Mientras uno distraía a la víctima con falsos trabajos de mantenimiento técnico, el otro aprovechó la ocasión para robar sus joyas y su libreta de ahorros, en la que tenía anotado el código secreto.

Días después, la víctima notó la falta de su libreta bancaria y varias joyas. Al acudir al banco, descubrió que le habían sustraído 70.000 euros de sus ahorros, mediante múltiples transferencias y retiros de efectivo.

Agentes de los Mossos d'Esquadra con un detenido / EFE

BANDA ORGANIZADA

Los presuntos delincuentes formaban parte de un grupo especializado en el robo a personas de la tercera edad. Su modus operandi consistía en engañar a sus víctimas para acceder a sus viviendas y así apoderarse de dinero en efectivo, joyas y libretas bancarias o tarjetas de crédito, sin levantar sospechas.

Según las declaraciones de los Mossos, en casos en los que no encontraban el código secreto de las tarjetas o libretas, no dudaban en recurrir a tácticas intimidatorias o incluso la violencia para lograr su cometido.