Sandor Martin, Arrasandor, es la nueva sensación del boxeo en Barcelona. Es hijo de Rafa Martín, campeón ibérico en los años 80, propietario del gimnasio KO Verdún, en Nou Barris, promotor y creador de la marca Ray Sugar. Su madre, Inma Clemente, regenta una tienda donde pueden comprarse las últimas novedades en deportes de contacto. El boxeo forma parte de la idiosincrasia de Sandor, de 23 años, y con un gran futuro por delante. Hasta ahora presenta un récord de 28 victorias, nueve por ko, y una derrota. Ahora ya tiene licencia para soñar con el título europeo de los superligeros.
¿El boxeo lo eligió voluntariamente o fue una obligación?
Para nada. Yo tuve la suerte de tener un padre inteligente que me animó a practicar todos los deportes posibles. Hice natación, baloncesto, fútbol... pero al final la cabra tira al monte. Es verdad que me viene de sangre, pero jamás se me impuso. Es algo que yo lo he querido hacer por voluntad propia. Además, he tenido la suerte, o me la he trabajado, de que se me diera bien, y hasta hoy. Siempre he tenido alternativas y el boxeo es lo que más me ha gustado.
¿Práctica otros deportes además del boxeo?
Mi vida está ligada al deporte desde siempre. Todos mis estudios han estado relacionados con él. He hecho un grado superior de educación física y ahora estoy estudiando ciencias del deporte y la actividad física. Y dentro de esos estudios hay asignaturas prácticas, ya sea rugby, judo, atletismo... Todos esos deportes los voy tocando y practicando y voy profundizando en conocimientos. Ahora mismo, a nivel competitivo, sólo hago boxeo, pero lo voy complementando de vez en cuando con entrenos de natación. En mi tiempo libre, de vez en cuando y si tengo tiempo, echo un partidito de fútbol.
Siempre he tenido alternativas y el boxeo es lo que más me ha gustado
¿No tiene miedo a lesionarse?
Eso siempre está allí, pero pasarte algo te puede pasar siempre. Un día vas por la calle y se te cae una maceta de un balcón y te lesionas. Siempre que lo hagas con cuidado, fuera de la temporada competitiva, por si pasara algo, no tiene más incidencia.
¿Cuáles son sus principales retos?
Ahora mismo, el primer reto es recuperarme de la lesión en la mano, que la sufrí en diciembre, y afrontar la primera pelea del año, que es en marzo. Puede que sea una pelea titular, contra un rival de entidad, y me permita escalar posiciones en el ranking mundial. A corto plazo, lo más cercano y de mayor importancia, será el título de Europa, que lo deberían disputar este fin de semana. Lo tendrían que haber disputado en diciembre, pero se aplazó. Seis meses después de que lo disputen yo debería ser el aspirante oficial si no pasa nada raro. Lo espero con muchas ganas.
¿Es el boxeo un deporte violento?
Eso es un topicazo que ha cambiado brutalmente en el siglo XXI y, especialmente, en los últimos 5 años. De hecho, ahora todas las modelos y un montón de personalidades practicando boxeo, se solicitan clases privadas, los niños cada vez practican más boxeo y pueden acudir a los eventos. Es un ambiente supersano y hasta en los gimnasios DIR se dab clases de boxeo. Lo que sí que es verdad es que es un deporte de contacto, pero son dos personas que voluntariamente se someten a luchar bajo unas mismas reglas a sabiendas de lo que ello conlleva. Cuando acaban hacen las paces, se dan un abrazo. No es un deporte que incite a la violencia.
¿Cómo son los boxeadores hoy en día, tienen estudios?
El mundo del boxeo ha cambiado muchísimo. A nivel mundial, hay boxeadores como Juan Manuel Márquez o como Érik Morales, que son universitarios. Gente como Floyd Mayweather, que es un crack a nivel económico. Tiene unos asesores muy buenos, pero él también ha hecho por su formación. El prototipo de boxeador ha cambiado totalmente respecto a años atrás, cuando era una persona que salía del barrio, marginada, que gracias al deporte dejaba las drogas atrás, con familia desestructurada. Ahora, la persona que llega a triunfar en el boxeo es una persona que se lo ha tenido que currar mucho durante su carrera. Que se ha tenido que esforzar, que ha tenido que sacar la familia adelante. A los boxeadores actuales los definiría como gente que se esfuerza.
(Su padre y entrenador, presenten en la entrevista, interviene para hacer un inciso) La respuesta a la pregunta de si cada vez hay más universitarios en el boxeo es que sí, porque todos los países se han dado cuenta de que el futuro está en la educación. Uno de los países que tenía prohibido el boxeo a nivel profesional es Suecia. Una demanda de la sociedad les ha hecho cambiar. En España no es que haya menos universitarios en el boxeo, es que vamos a la cola de Europa. Lo que pasa en el boxeo pasa en el fútbol, en el baloncesto... Hay los mismos universitarios practicando deporte que en la sociedad.
Yo, por suerte, soy de los boxeadores que recibe poco
¿A qué se debe la crisis que vivió el boxeo en España durante tantos años?
Por el pasado que ha tenido en este país. Mucha gente lo ha asociado a que le gustaba a Franco y como le gustaba a Franco era malo. Hemos tenido encima muchos clichés que no son ciertos. Lo que intentamos la gente que formamos el mundo del boxeo es cambiar esa imagen. Cada vez se está viendo más presente en diarios o en televisión. El reclamo de la sociedad va en aumento. El perfil social de la persona que practica boxeo cada vez es más alto.
Hace una década el boxeo pasaba un momento crítico y hoy en día los gimnasios ofrecen clases. ¿Qué ha provocado este cambio?
A la demanda social. También a las ganas de desestresarse de la sociedad. Vivimos momentos críticos y a la gente le cuesta tirar adelante. El boxeo es una muy buena actividad para desestresarte y canalizar toda esa energía que necesitas soltar en algún momento. Gente como los cantantes Bustamante o Dani Martín empiezan a integrar el boxeo en sus actividades. Marcas como Louis Vuitton, Multiopticas, Adidas o Nike ponen chicas guerreras en sus anuncios, con guantes de boxeo. De manera indirecta, a nivel mundial, nos están metiendo el boxeo y aquí en España se ha creado la necesidad. Que cadenas como el DIR lo ofrezcan es porque han visto que hay una demanda. Es un deporte sencillo, pero muy rico.
¿Notas secuelas en tu salud por la práctica del boxeo?
No. Yo, por suerte, soy de los boxeadores que recibe poco. Evidentemente, a nadie le gusta que le peguen aunque sea boxeador. Intento recibir el mínimo de golpes posibles. Los golpes para nada son buenos. Eso lo hemos de tener claro. En el boxeo del siglo XXI se sabe que todo control que tengamos sobre el tema del golpeo es poco. Cada vez hay más escáneres de cabeza, más tiempo de descanso entre periodos de entrenamiento exigentes y entre combates. Hace 50 años, boxeaban cada semana. Era una época en la que todo era más difícil, en la que tenían que pelear cada semana por necesidad, para poder comer. Eso sí que pasa factura, no lo vamos a negar. Si te levantas cada mañana y te das un golpe en la cabeza contra la pared, al final te va a pasar factura. Pero el boxeo, con los controles que hay hoy en día, no es peligroso para la salud. Siempre puede haber accidentes, eso sí, pero como los puede haber en cualquier otro deporte. Yo, por suerte, no me noto nada y puedo hacer mi vida con normalidad.
¿Qué beneficios aporta para un niño practicar boxeo?
Cada gimnasio tiene sus valores, pero el compañerismo, la autosuperación, los van a tener. El profesor también va a influir en la educación del niño. A nivel físico, van a aumentar su capacidad de resistencia, van a aprender a coordinar, a controlar la situación espacio-temporal. Motrizmente, físicamente y a nivel de valores les aporta muchísimo. Por eso creo que es un deporte que merece la pena. Yo entreno a un grupo de 20 niños de cinco a 14 años. También tenemos otro grupo de otros 20 niños de 14 a 16.
A un niño de cinco años no lo puedes poner a hacer abdominales o a correr. Les has de hacer correr mediante juegos, trabajar las piernas, la coordinación, el espacio visual. Eso no se lo explicas, pero trabajas para ello. Tienen sus guantes y hacen sus técnicas. No puedes ser exigente con un niño de cinco años. Si se despista no pasa nada. Con que preste atención, haga caso y si de tres cosas coge una o dos, excelente. Conforme va avanzando la edad, la exigencia va siendo mayor. Miras de pulir la técnica, que ayuden a los que saben menos o que aprendan a expresarse a la hora de explicar una técnica o ayudar a un compañero.
¿Se puede vivir del boxeo?
Sí y no. Hay gente que realmente está viviendo del boxeo. Tenemos a los jornaleros, que son necesarios para desarrollar la carrera de otros boxeadores. Quizás sea un poco duro de entender, pero es así. Esa gente está viviendo, o malviviendo, del boxeo. Luego están los boxeadores que tienen un poco más de estrella o de carrera, que pueden boxear una vez al mes o cada dos meses y complementar ese trabajo que hacen sobre el ring con clases en gimnasios, con clases privadas. En realidad están viviendo del boxeo. Eso de que no se puede vivir del boxeo... pues a lo mejor con un sueldo de 600 euros no llegas a final de mes, pero si cada dos o tres meses te llevas mil euros de bolsa y lo complementas con las clases, puedes vivir. No vives de lujo, pero puedes sobrevivir. Si llegas a campeonatos y subes el nivel, hay bolsas más grandes. También depende del rival que tengas, de los promotores, etc.
¿Por qué sus últimas peleas han sido en Bilbao?
Peleo en Bilbao por las circunstancias. He estado casi un año sin pelear en Barcelona, pero mi próxima pelea será aquí. Surgió la posibilidad de pelear en Bilbao, nos trataron superbien y estoy encantado. La gente que organiza eventos allí nos reclamó. El público nos quería y fuimos para allá. He peleado en la Casilla de Bilbao, delante de unas 6.000 personas. Ora en el frontón de Vizcaya, en Mirivilla, ante unas 3.500, y la última, en el BEC, delante de 10.000 aficionados.
Me gustaría ganar el campeonato de Europa en Barcelona y defenderlo en Bilbao y Madrid
¿Dónde le gustaría optar al Campeonato de Europa?
Si consigo la opción, que estoy seguro que lo voy a conseguir, me gustaría ganarlo en Barcelona y defenderlo en Bilbao y Madrid. Sería un placer poder luchar en esas tres ciudades, que son las más grandes a nivel de afición. En Bilbao me tienen como un hijo más, acudirían en masa. En Barcelona igual y Madrid es una ciudad que sabe apreciar el buen boxeo, que tiene afición desde siempre y por toda esa tradición sería muy ilusionante.
¿En Barcelona, dónde le gustaría pelear?
Cuanto más grande sea el recinto mejor. Vall d'Hebron está bien o el campo de fútbol de la Montañesa. Si las autoridades nos dan su apoyo, lo podemos hacer en verano al aire libre. Me encantaría que lo pudiéramos hacer en el Palau Sant Jordi. Ojalá que el recinto que propongamos se nos quede pequeño.