La Filmoteca de Catalunya / EFE

La Filmoteca de Catalunya / EFE

Vivir en Barcelona

La Filmoteca celebra cinco años en el Raval

El centro hace balance de este último lustro en el que ha alcanzado 145.000 espectadores anuales

20 febrero, 2017 11:10

La Filmoteca de Catalunya se mudó al Raval el 19 de febrero de 2012, cuando abrió las puertas de su actual sede en la plaza Salvador Seguí. Para conmemorar los cinco años de historia en el barrio, el centro organiza una serie de actividades divulgativas y lúdicas, así como proyecciones especiales.

El leitmotiv de aquel momento fue: “Pasado, presente y futuro del cine”. El nuevo equipamiento ha permitido asumir esta triple dimensión con actividades que
van mucho más allá del tópico que equipara una filmoteca con una sala que programa películas antiguas. Un lustro después de una ceremonia inaugural con Bigas Luna y Jaime Camino como padrinos, el centro hace un balance de la nueva realidad en un contexto geográfico, el barrio del Raval, en el que se ha integrado con éxito. 

La programación de la Filmoteca, que se esfuerza por combinar el cine clásico y el cine contemporáneo que no llega a las pantallas comerciales, y la interrelación con otras instituciones culturales y entidades sociaes, han provocado un aumento del público que alcanza los 145.000 espectadores anuales.

Además, las exposiciones de producción propia a partir de fondos documentales aportan visibilidad a otra de las funciones de la Filmoteca. Los Servicios Educativos movilizan,
por otro lado, más de 6.000 alumnos anuales que constituyen el futuro del cine.

El reto de la Filmoteca de Cataluña no acaba, aun así, con este balance globalmente positivo. Logrados estos primeros hitos, el centro afronta el reto de evolucionar hacia la estructura de un gran equipamiento cultural de carácter nacional que garantice la preservación del patrimonio cinematográfico y siga divulgando la cultura con unos
objetivos que pasan por una optimización de la totalidad del edificio del Raval, la consolidación de la Filmoteca en la red de equipamientos culturales y museísticos del país, la expansión de su actividad en todo el territorio, la garantía de la preservación del cine catalán en el contexto del paso del analógico al digital y unos recursos de comunicación más eficaces.