El boxeo no es pegarse con otra persona. Es un deporte que exige mucha dedicación y sacrificio. En las peleas entre los más jóvenes y entre boxeadores amateurs, el contacto sólo es voluntario y se puede practicar sin recibir un solo golpe y sin tener que ser el Mohammed Ali de turno.
Barcelona ha vivido durante el curso lectivo tres jornadas de boxeo educativo con la participación de más de un centenar de jóvenes púgiles, en la que los pequeños demuestran sobre el ring lo que han aprendido. “Los padres disfrutan porque no hay derrotados, todos son ganadores”, declara Sandor Martín, uno de los organizadores.
Sandor Martín, que compite al más alto nivel en el peso superligero, destaca que a los niños “lo que más les gusta es subir al ring y ser protagonistas. Vienen a disfrutar. Para un niño, subir al ring es como pelear en Las Vegas”.
La clave del éxito de esta iniciativa, pionera en Catalunya, pero muy extendida en otros lugares como Francia, es que no hay derrotados. Todo el mundo sale contento, sale ganador. En las tres fechas que se han celebrado este curso, dos en el gimnasio No Limits y la última en Llars Mundet, no se ha producido ningún incidente, ni entre los participantes ni entre los padres que disfrutaban desde las gradas de los avances de sus retoños.
Los combates, que se han celebrado en enero, abril y junio, consisten en demostraciones de técnica. Los púgiles que se suben al ring lanzan sus golpes a una distancia de más de un metro, mientras el rival esquiva el golpe como si pudiera alcanzarle. Esto evita enfrentar a niños que dependiendo de su desarrollo físico y sus aptitudes pueden tener niveles muy descompensados.
Por el momento, unos 20 gimnasios de toda Catalunya participan en el boxeo educativo y pronto se sumarán otros nuevos gimnasios. La ayuda de la Federación Catalana de Boxeo amateur ha permitido impulsar esta iniciativa que Rafa Martín, padre y entrenador de Sandor, lleva años queriendo sacar adelante. Porque los organizadores se han encontrado con el problema endémico del boxeo en Barcelona, la falta de instalaciones para celebrar las veladas.
"Nos cobran más por alquilar instalaciones porque cobramos taquilla, pero tenemos más gastos que otros deportes", denuncia Rafa Martín, quien señala que los gastos se disparan porque necesitan alquilar el ring y trasladarlo, poner una ambulancia con médico o pagar a los árbitros. Por eso añade que se ven obligados a cobrar entrada para así poder amortizar el evento, no para hacer dinero.
CLASES EN LOS GIMNASIOS
Rafa Martín, que también fue campeón ibérico en los años 80 y actualmente regenta el gimnasio KO Verdún, explica que mientras otros deportes de contacto carecen de aficionados adultos y sobreviven gracias a los niños que lo practican, en el boxeo pasaba lo contrario. Hace una década faltaban jóvenes en los gimnasios y ahora están consiguiendo revertir la tendencia con el boxeo educativo.
Los niños que hacen boxeo educativo se entrenan entre 2 y 3 horas semanales. Todos están federados. La práctica del boxeo en un gimnasio, como en cualquier otro deporte, obliga a tener licencia oficial, para disponer de un seguro que cubra al deportista en caso de lesión.
En las clases golpean al saco o a los guantes del compañero. También practican técnica delante del espejo o frente a un compañero, pero separados para que no haya contacto. Los entrenadores intentan mejorar la técnica de sus pupilos y que trabajen el tren superior e inferior mediante juegos, para que la actividad sea más amena. Es el boxeo educativo, la apuesta preferida de muchos críos para hacer deporte.