Llegan desde Santa Coloma, el Besòs, el Raval, Torre Baró y otros barrios de la periferia de Barcelona hasta Trinitat Vella. Son niños, chicos y chicas que no solo juegan a fútbol. La Fundación Trinijove les ofrece un tiempo para crecer con autoestima, valores sociales y orientación profesional.
Hace diez años nació el proyecto ´Mediació-Fútbol´ impulsado por la Fundació Trinijove. Por aquel entonces, algunos chicos jugaban en las calles de la Trinitat y entraban a los patios de colegios para jugar fuera del horario escolar. No tenían un espacio habilitado para jugar. Gracias al proyecto ´Mediació-Fútbol´, la distracción de los jóvenes ha cambiado mucho. Llegó Francisco Bergillos y en tan sólo tres años, han pasado de tener dos a nueve equipos de fútbol sala o lo que es lo mismo, 120 jóvenes de entre 8 y 20 años.
Disciplina 0, fumar habitualmente, falta de respeto, y la frustración que desemboca con violencia son las dificultades con las que se encontró Bergillos quién vio necesario ligar el deporte con el acompañamiento, la tutoría y la orientación laboral para los juveniles.
Un proyecto de fútbol sala escolar que creció gracias a la difusión que hicieron en bibliotecas y colegios del barrio. Tanta ha sido su insistencia que hoy ya cuentan un equipo femenino y en vistas de formar uno más.
Equipo Trinijove / AR
“Menos competición y más valores sociales” es la base de trabajo que se marca Burgillos, ex jugador de la cantera del Espanyol. “Muchos nos vienen sin bambas”, cuenta el entrenador y mediador; ya que la mayoría de las familias de estos jóvenes son humildes y la fundación, junto con el Centre de Convencions Internacional de Barcelona, se hacen cargo de los equipajes. Agradecen al Ramón y Cajal y al Ramón Berenguer, dos colegios históricos del barrio de la Trinitat Vella que les ceda espacio para los entrenos y los partidos. Lo mismo, al polideportivo municipal.
Las entidades educativas del barrio se han volcado con los equipos, seis entrenadores voluntarios (algunos jugaron en los equipos de fútbol tiempo atrás), se han hecho una familia. “Vengo a ayudar porque aquí hay compañerismo y me escuchan”, dice Mehdi, un joven del barrio que acude al partido entre el St. Peter´s School y la Fundación. “Que los chicos de Sarrià vean nuestro entorno al mismo nivel mientras dura un partido, sube el listón de los nuestros hacia la igualdad”, comenta Ana Montoro, responsable de comunicación de la Fundació Trinijove.
El proyecto de fútbol sala Trinijove incentiva a los jóvenes a llevar una vida más sana, ganan confianza en sí mismos y suma sentimiento de pertenencia al barrio y a la ciudad; teniendo en cuenta que muchos de ellos, son hijos de personas inmigrantes. Han visitado las instalaciones del Futbol Club Barcelona, han ido a Port Aventura, mejoran los resultados académicos y “también les fomentamos buenos hábitos alimentarios”, explica Bergillos, orgulloso de su trabajo. “Delante de la diversidad de situaciones que viven estos chavales, algunas muy difíciles, me satisface que se vaya un niño contento a casa”, cuenta el entrenador. Tanto trabajo les ha dado frutos y han conseguido el premio municipal ‘ Conta fins a tres’, a la mejor entidad que trabaja los valores y el diploma para las categorías juvenil femenino y júniors 'A' másculino del semáforo de valores por el proyecto de jóvenes con mejor comportamiento, junto a la afición y los entrenadores.
Las familias se han implicado con el tiempo. “Cuando yo llegué no iba nadie a ver jugar a los chavales”, según Bergillos. Juegan el tiempo que dura el curso escolar y también en julio, un mes que aprovechan para trabajar más los valores humanos y sus emociones.
Equipo Trinijove vs. St. Peter´s School / AR
Los equipos de futbol sala de la liga escolar de Trinitat Vella son el ejemplo de la implicación total de un barrio para mejorar la calidad de vida de sus jóvenes. Sin prisa pero sin pausa, ‘Paco’, como llaman a Francisco, el entrenador, insiste que lo que más necesitan los jóvenes es orientación, acompañamiento y un trato igualitario. Así, el tiempo le ha demostrado, que los chicos son capaces de potenciar sus habilidades y enfocar su futuro profesional con más confianza.
El día 17 de noviembre, la Fundación Trinijove organiza una cena benéfica, el coste de la cual irá destinado al mantenimiento de los equipos de fútbol base del proyecto.