La casa Vicens, situada en la calle Carolines de Gràcia se puede visitar a partir de hoy haciendo una visita libre o guiada. La casa fue un encargo de Manel Vicens, corredor de bolsa, a un joven Antoni Gaudí. Ambos, miembros del círculo intelectual de la época. Para la familia Vicens, la casa era un oasis exótico en un enclave rural, en un terreno sin asfaltar. 

Una casa inspirada en los jardines de la Alhambra en la que la naturaleza entra en las estancias con vidirieras de colores, esgrafiados vegetales y girasoles de azulejos. Una cascada que hoy restaura el museo Agbar y la extensión de un terreno que llegaba hasta la avenida Príncep d'Astúries. Falleció Vicens y su viuda, Dolors Giralt, vendió la casa a la familia Herrero y Jover, quienes han sabido cuidar toda la obra original.

Lo que empezó siendo un hogar de veraneo, se transformó en plurifamiliar y hoy se puede visitar al completo.

Porche de la entrada / AROA ORTEGA



La planta baja se abre completamente a la fuente del jardín con un porche influenciado por los techos nazaríes de la Alhambra y rodeado por una celosía restaurada siguiendo el modelo idéntico del diseño gaudiniano. La fachada este de la entrada canta al sol con unas letras pintadas sobre el porche y en el lado oeste se puede leer ‘Oh, l´ombra de l´estiu´ (Oh, sombra del verano).

En el interior está el salón con chimenea de estilo inglés en el que las paredes de madera recogen a medida una colección de 32 cuadros de Francesc Torres Casana, que adquirió Manel Vicens.

Serigrafías del hall / AROA ORTEGA



En la misma planta está el fumador, la sala que se dedicaba a esa actividad. La primera planta conserva la habitación del matrimonio Vicens y Dolors y el espacio correspondiente a la ampliación de la vivienda, que hoy es un lugar de exposición permanente sobre el contexto histórico y social durante la construcción de la vivienda y la evolución del edificio. La segunda planta corresponde al secadero, hoy sala de exposiciones temporales donde se puede ver una serie de maquetas de otros arquitectos contemporáneos a la obra de Gaudí.

Con la reforma de la familia Herrera y Jover, se llegaron a construir hasta cuatro viviendas, que después de 130 años de uso doméstico, se convierten en un nuevo complejo museístico de la ciudad.  El sótano era una carbonera que se ha transformado en la tienda de la nueva casa Vicens. Todos los espacios Gaudí y los creados con la ampliaciones posteriores se conectan con la construcción de una gran escalera volumétrica que conduce hasta la azotea transitable de la casa.

Azotea / AROA ORTEGA



Las terrazas son un ejemplo de teja tradicional, cúpulas ornamentadas con azulejos de colores y balcones de forja que marcaban la tendencia modernista que Gaudí desarrolló en sus futuras obras.

Para visitar esta joya arquitectónica, se pueden adquirir las entradas previamente en la web de la casa Vicens o en taquilla. Nada más llegar, un guía hará una breve introducción histórica de la familia Vicens y de los cambios que ha sufrido son el paso del tiempo.

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