Polémica sobre el futuro del Palau d'Esports de Barcelona. El gobierno de Ada Colau quiere convertir el histórico pabellón deportivo de la calle de Lleida, ahora cerrado, en el nuevo centro de coordinación de prevención y gestión de emergencias de la ciudad, una instalación sobre todo de uso policial. La decisión se tomó, a finales del pasado agosto, en el seno de la Junta de Seguridad Local, tras el atentado yihadista de la Rambla, a propuesta del Ayuntamiento. Sin embargo, el plan no es bien visto por muchas entidades deportivas de la ciudad, ni por la oposición municipal. No hay que descartar que Colau reconsidere la idea.

La Junta la forman el Ayuntamiento, la Generalitat y el Estado, así como los distintos cuerpos policiales y otros servicios de emergencias que operan en la ciudad, como el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) y el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB). Al parecer, y según el PSC, Colau quiso tener un gesto con la Guàrdia Urbana, con quien mantiene muy malas relaciones desde el inicio del mandato, pero la propuesta no gusta tampoco a los sindicatos de la policía local, como ha confirmado el secretario de comunicación del sindicato CSIF, Eugenio Zambrano. Actualmente, la sala de coordinación policial se encuentra en la misma calle de Lleida, en un edificio anexo a Fira de Barcelona.

DISCREPANCIA EN EL GOBIERNO

Según el socialista, Jaume Collboni, destinar este equipamiento a esta actividad es un error y se hace con la oposición de distintas entidades del barrio y de la ciudad. "Hay espacios más adecuados y más modernos para ubicar el centro de emergencias", dice Collboni. El exteniente de alcalde con Colau, hasta que la coalición se rompió hace algo más de un mes por el apoyo socialista al artículo 155, afirma que ellos plantearon convertir el pabellón en un equipamiento deportivo mientras formaron parte del gobierno. Fue una de las muchas discrepancias, que ahora se van conociendo, entre los comuns y los socialistas al mando de la ciudad. 

"Desde Pasqual Maragall, Montjuïc ha sido la montaña de cultura y el deporte. Este es uno de los proyectos que se ha aprovechado nuestra salida del gobierno para paralizarlo", dice Collboni. No es el único. Como ha informado Metrópoli Abierta, Colau ha descartado también los planes socialistas de convertir los exteriores del Canòdrom en una gran pista de patinaje y la remodelación del mercado de la Boqueria.

En el último pleno municipal de este año, celebrado el 22 de diciembre, el PSC criticó a Colau "de querer tener, después de los atentados, un gesto con la Guàrdia Urbana, y de forma improvisada y equivocada, decidió trasladar al Palau d'Esports el centro de coordinación de emergencias", dijo Collboni.

La oposición y la UFEC quieren recuperar los usos deportivos en el Palau d'Esports.



El concejal socialista reconoce que se necesita un nuevo centro coordinación de emergencias, pero acusó a la alcaldesa de no haberse tomado la molestia de hablar con los sindicatos de la Guàrdia Urbana. "Si lo hubiera hecho, le hubieran dicho que no es un lugar adecuado. Un pabellón como como el Palau d'Esports es para hacer deporte. Lo puede preguntar también a las entidades deportivas del Poble-sec".

En el mismo escenario, Collboni desveló que en el seno del gobierno municipal, cuando los socialistas formaban parte de él, hubo un debate sobre esta cuestión, y que desde las áreas que él comandaba se encargaron unos estudios preliminares para cuantificar y saber los trabajos a realizar en la reforma del Palau, "porque así se acordó en una comisión del gobierno municipal". El edil pidió a Colau que rectificase esta "improvisación". Sin embargo, se encontró con la negativa de la alcaldesa.

Los socialistas no son el único que se oponen al proyecto. En septiembre, cuando Collboni todavía formaba parte del gobierno municipal, el PDeCAT propuso recuperar la práctica deportiva en el pabellón de la calle de Lleida y la realización de un estudio para comprobar si el centro de emergencias que Colau proponía ubicar en el Palau d'Esports era compatible con los usos deportivos. La iniciativa fue aprobada con los votos a favor del PDeCAT, Ciutadans, ERC, PP y la CUP. Como lo leen. Partidos a los que no une casi nada, se pusieron de acuerdo para esta cuestión. En cambio, Barcelona en Comú y PSC se abstuvieron. De cara a la galería había que mostrar unidad.     

INAUGURADO EN 1955 

La Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC) también se opone a convertir el pabellón en el nuevo centro de coordinación de emergencias de la ciudad.  El presidente de la UFEC, Gerard Esteva, ha enviado una carta a Colau en la que le pide que se replantee el proyecto del Palau d'Esports. Esteva recuerda que el pabellón de la calle de Lleida es un equipamiento deportivo de la ciudad desde 1955 (en su estreno acogió los Juegos del Mediterráneo), de "gran importancia en la vertebración del deporte en la ciudad", que fue el único de sus características de Barcelona hasta que se construyó el Palau Sant Jordi.

Esteva considera que hay que destinar el Palau d'Esports a usos deportivos, "cumpliendo la doble función de equipamiento de proximidad y de ciudad, y que la gestión recaiga en una entidad deportiva sin afán de lucro". La UFEC opina que la falta de pabellones en Barcelona para "entrenamientos y competiciones de distintos deportes es incuestionable". Y recuerda que se trata "de un edificio catalogado como bien de interés urbanístico, lo que obliga a mantener el volumen, fachadas y elementos interiores de interés" en cualquier intervención arquitectónica que se lleve a cabo. 

El Palau d'Esports fue una de las sedes del Mundial de baloncesto de España de 1986 (de triste recuerdo, por cierto, para la selección española), y acogió competiciones de gimnasia rítmica y de voleibol de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Con los años, el equipamiento dejó de celebrar grandes acontecimientos deportivos, a favor del Sant Jordi, y en el 2000 fue remodelado para representaciones teatrales y conciertos. Estos últimos años ha sido la sede del Barcelona Teatre Musical. El pabellón lleva cerrado un año y medio al público por seguridad por daños estructurales en el edificio. 

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