Imagina que detrás de esta pared está enterrado el cuerpo de García Lorca. Imagina que también está el de Francisco Franco. Imagina que están juntos. Con esta premisa da comienzo Los bancos regalan sandwicheras y chorizos, la pieza de éxito que volvió este miércoles al escenario del teatro Tantarantana.
En esta obra, una nueva generación que no ha vivido la dictadura asume el reto de escudriñar el franquismo y la transición española. Con un tono cínico, desenfadado y dinámico, la compañía José y sus hermanas embarga el escenario de ironía durante los 74 minutos que dura la pieza. ¿Es posible contar el franquismo al ritmo de La bicicleta de Shakira? Ellos saben hacerlo.
El elenco compuesto por siete actores que salieron del Institut del Teatre, cuestiona las estructuras políticas, arquitectónicas, mentales, emocionales y hasta filosóficas. En la pieza aparecen frases demoledoras que quedan suspendidas en el aire. “En España sentimos indiferencia hacia nuestra historia” o “Lorca está tirado en un barranco. ¿Te imaginas que el gobierno inglés tuviera enterrado a Shakespeare en el fondo de un pantano?”.
A través del canto y baile –flamenco, reggeatón– el deporte –running, fútbol, ciclismo, patines– o juegos sociológicos llegan a conmover al público que se entrega correspondiendo a los diálogos. Los actores no solo reivindican la libertad de expresión con la palabra, también lo hacen con el cuerpo. Dos de ellos se desnudan y se pintan mutuamente de un impactante color rojo vivo. Otros se cambian de ropa: minifaldas o chándal, todo vale.
BROMA CON UNA URNA
La ironía en la pieza es una constante. “¿Me traes la bata de Andorra?”, pregunta una actriz mientras otra llega con una urna de la Generalitat y la bata dentro. Actúan y muestran carteles en los que pone “García Lorca WTF” o tres de las películas que se prohibieron durante el franquismo: Drácula, Con faldas y a lo loco y El gran dictador. Hasta bailan una haka santificándose y flamenco taconeando y animando.
“Franco amaba a los niños y amaba la tierra”, dice una actriz suscitando risitas entre el público. “Nadie sobrevive a 40 años de cáncer”. “Nuestro fascismo no fue un aperitivo”, dice uno de los actores sobre España, donde el fascismo duró un rato. Un rato largo. Los bancos regalan sandwicheras y chorizos, que estará en cartelera hasta al 4 de febrero, es un obra imprescindible para entender quiénes somos y cómo vivimos después de 40 años de dictadura, aunque el título no tenga nada que ver con el contenido.
“Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara”, que escribió el poeta García Lorca en La casa de la Bernarda Alba. La obra adopta un tono solemne hacia el final hasta culminar, a flor de piel, con una canción a capella en mallorquín.