El Estadio Olímpico Lluís Companys fue una de las obras emblemàticas de los Juegos Olímpicos de 1992. Acabados aquellos juegos, la instalación deportiva ha tenido varios usos, pero ninguno de ellos ha acabado de cuajar. Ni los Barcelona Dragons, ni el Espanyol, ni el Open Camp, lo han convertido en una instalación rentable. Su uso actual se limita a un par de conciertos al año, la fiesta anual del Club Super3 y poco más. Y el coste de mantenimiento del recinto es muy elevado.

Por ello, la empresa municipal Barcelona Serveis Municipals (B:SM), que dirige Eloi Badia, ha empezado a estudiar los usos posibles que se pueden dar a la instalación de la que hasta ahora nadie se habia ocupado de manera seria.

La comisionada de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona, Maite Carranza, ha reconocido que el consistorio está trabajando para darle un uso continuo a la instalación, preferentemente un uso deportivo y cultural. Pero ha tenido que ser una propuesta de los grupos de la oposición la que ha  obligado al consistorio a poner en marcha el mecanismo para

El consistorio también pretende abrir el recinto a los ciudadanos y a las entidades deportivas que puedan realizar actividades no solo en el estadio olímpico, sino también en el resto de las instalaciones de la denominada Anilla Olímpica de Montjuïc.

PROPUESTA

De todas formas, desde el consistorio no se han detallado ni posibles actividades ni plazos para poner en marcha este proyecto. Ha sido la oposición la que, en la comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes, ha puesto el tema sobre el tapete. Y se ha aprobado una propuesta del grupo municipal del PDeCAT, presentada por Maite Fandos, por la que se ha instado a los responsables municipales a presentar antes de fin de año un plan estratégico para decidir los usos futuros del recinto deportivo, que ha sido aprobado por unanimidad.

Fandos ha criticado que el Ayuntamiento haya cerrado el projecto Open Camp ya que considera que la iniciativa puesta en marcha en su día por el anterior equipo de gobierno, presidido por Xavier Trias, era un proyecto con mucho futuro, aunque acabó siendo clausurado por el actual equipo de gobierno que preside Ada Colau.

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