En Barcelona no tendrás problema para viajar por el mundo sin levantarte de la mesa. Puedes probar la gastronomía peruana, mexicana, india, argentina, italiana, asiática…
Pero, ¿cuáles son los restaurantes que mejor defienden las raíces del territorio? ¿Dónde disfrutar de buenos platos de cocina catalana? Hemos seleccionado estos cinco establecimientos. Son infalibles.
CA L'ISIDRE
Un must de Barcelona y de la gastronomía catalana por el savoir faire que exhiben en la cocina, la sala y la bodega. Por eso a Woody Allen lo verás por allí cada vez que visita la ciudad (¡se pirra por sus croquetas!).
Quien tenga el morro fino como él disfrutará de lo lindo con su delicada cocina de mercado y será tratado con el mimo y la profesionalidad que caracteriza a la familia Gironés, y que le ha valido al fundador del negocio, Isidre Gironés, el Premio Nacional de Gastronomía 2018 que concede de la Acadèmia Catalana de Gastronomia.
L'OLIVÉ
Un clásico por edad (abrió en 1.984) y por calidad. Un restaurante de los que nunca falla porque siempre ha sido fiel al producto de temporada, que trabajan con humildad y sin fuegos artificiales. Recientemente remodelado bajo la batuta del omnipresente interiorista Lázaro Rosa-Violán, ahora sigue ofreciendo platos tradicionales como el morro de bacalao o la escalivada, a los que añade propuestas más modernas. Marisco y arroces cobran protagonismo de la mano del chef es el talentoso César Pastor (Bonanova, Colibrí y César Pastor).
Guisantes del Maresme 'ahogados' con butifarra negra y papada de L’Olivé. Balmes, 47.
WINDSOR
Un piso modernista decorado con elegancia y numerosas obras de arte y flores frescas, una terraza-jardín cubierta que es un oasis de tranquilidad en pleno centro de Barcelona… y, sobre todo, una cocina catalana contemporánea convierten el restaurante Windsor en uno de los emblemas gastronómicos de Barcelona. Los chefs Carlos Alconchel y David Rodríguez trabajan con un producto top en platos bien presentados y cada vez más saludables, aunque con los sabores de siempre. La cuadratura del círculo.
Escudella del Windsor. Còrsega, 286.
SERGI DE MEIÀ
Sergi de Meià es joven pero con gran recorrido. Ha mandado en las cocinas de Reno, Fishhh! y Monvínic hasta que se instaló en su restaurante homónimo. Basa la carta en los productos de kilómetro cero, intentando siempre que sea ecológico, porque la suya es la filosofía slow food. De Meià es de los que prefiere mimar los ingredientes sin hacer filigranas para que el sabor sea el más auténtico. Ah, y si te gustan las setas, él es un auténtico forofo que sabe sacarles el máximo partido.
Bacallà amb carxofes, calçots i suc del Sergi de Meià. Aribau, 106.
PETIT COMITÉ
A finales del 2.008, Fermí Puig, un tótem de la gastronomía catalana, abrió este restaurante y en el 2.014 le relevó otro grande: el hiperactivo Nandu Jubany. La filosofía apenas ha cambiado: cocina catalana tradicional en un ambiente informal. Platos de toda la vida como unos guisantes con ‘cansalada’ o un fricandó son puestos al día con la visión contemporánea, tanto en técnicas como en presentación, que aporta un cocinero como él, galardonado con una estrella Michelin por Can Jubany (Calldetenes, Osona), su casa madre.
Canelón de pollo de corral asado con tofu del Petit Comité. Pasaje de la Concepció, 13.