La calle Tallers, de prostíbulos a enclave de bohemios
Una de las arterias más famosas de la ciudad que se ha adaptado a todos los tiempos
26 agosto, 2018 10:03Noticias relacionadas
Una de las calles más abrumadoras de la ciudad. En pleno corazón de Barcelona, se encuentra la calle Tallers, la única calle del raval con nombre gremial aunque no proviene de talleres entendidos como locales de trabajo, si no del lugar donde se fabricaban tejas y ollas y lugar donde ese establecieron las carnicerías de la ciudad.
Prácticas que debían estar apartadas de la población que vivía al otro lado de Las Ramblas por cuestión de salubridad y de paso, aprovechaban el rasante del agua corriente que bajaba por este paseo central.
FÁBRICA DE VAPOR
En el siglo XIV, una orden monárquica indicaba la calle Tallers el lugar apropiado de las ‘mujeres públicas’ que esos momentos se expulsaran de la ciudad (Gòtic). Además, la calle Tallers, hoy abarrotada de tiendas, también ha sido el escenario de la industrialización y el movimiento obrero en el siglo XIX, con especial protagonismo de la Bonaplata. La primera fábrica del Estado que funcionó con energía generada a vapor y que fue quemada y tiroteada porque algunos trabajadores acusaban a la maquinaria de quitarles puestos de trabajo.
Ya en el siglo XX, destacan tres espacios que convirtieron esta calle en pura leyenda: la coctelería Boadas, Discos Castelló y la redacción de uno de los diarios históricos de Barcelona, ‘La Vanguardia’.
Boadas, un local que hace esquina con Las Ramblas, sigue en pie desde hace 85 años, cuando su fundador, un catalán que hizo las Américas, lo fundó ofreciendo combinados con ingredientes nunca vistos en los bares de ocio nocturno. Lugar de encuentro de escritores, periodistas y algunos diplomáticos que aterrizaban en Barcelona por en la década de los 70’.
DISCOS CASTELLÓ, SURTIDOR DE HITS
Discos Castelló se hizo con las ansias de los más jóvenes alocados por las últimas tendencias musicales. Todos los discos de los cantantes y bandas que arrasaban en los estadios se encontraban en esta tienda que bajó la persiana, definitivamente, hace pocos meses porque ni los coleccionistas de elepés la hacían rentable. Las plataformas de música online le ganaron la batalla. Hoy queda alguna tienda que vende discos como una reminiscencia a los enamorados de ese formato.
SEDE DE LA PRENSA
Otro de los activos económicos y de gran calado informativo también formó parte de este enclave barcelonés. ‘La Vanguardia’ permaneció decenios en la calle Tallers. La redacción y los talleres de impresión ocupaban un edificio que conectaba con la calle Pelayo. Hoy, reconvertido en hotel. Sus talleres permanecieron en la calle hasta los años 80’ y la redacción se mantuvo en pie hasta 2004, cuando se trasladó a la sede actual en la plaza de Francesc Macià.
TALLERS HIPSTER
Y en medio de tanta actividad acumulada en esta calle, llama la atención su dimensión. No es una calle ancha, ni muy larga pero siempre ha sido muy vital. Cargada de tiendas de artículos vintage, comida take away, franquicias de cafeterías, una iglesia protestante, hostales y bares. Hoy, sigue siendo una arteria vial en la que transitan universitarios, turistas, bohemios, artistas, jóvenes 'hipsters' y trabajadores que suben y bajan la persiana del centenar de comercios tan variados que componen una de las calles más conocidas de Barcelona.