Los asistentes más estrambóticos (y salidos) del Salón Erótico
Más de 30.000 visitantes han pasado por la feria durante estos cuatro días
7 octubre, 2018 18:10Noticias relacionadas
El Salón Erótico de Barcelona se despide este domingo después de cuatro intensos días. Según la organización, más de 30.000 visitantes han disfrutado del erotismo y han aprendido con los talleres de educación sexual, pornoeducativo y la nueva zona llamada Toca Toca... para experimentar con uno mismo.
Metrópoli Abierta ha visitado durante estos días la feria más explosiva de Barcelona. El público es, a grandes rasgos, normal. Que no cunda el pánico. Hay desde parejas que curiosean nuevos juguetes para integrar en sus noches de placer, a grupos de amigos que van a pasar la tarde y echarse unas risas. Más allá de las bragas usadas, los squirts y las felaciones, que ya hemos contado, ahora analizamos a los asitentes más peculiares.
ALGUNOS DEPRAVADOS SEXUALES
Es cierto que hay personas que –literalmente– van ahí a tocar cuerpos desnudos y a ver si “pillan cacho”. Paseando una se impresiona. Hay hombres salidos grabando todo lo que se mueve con sus móviles y suplicando atención a las actrices. Otros que corren hacia el baño para terminar la “faena”. Parejas dándose el lote en cualquier esquina. Otros participando activamente en las escenas de sexo en vivo... Hemos captado con la cámara a algunos de los asistentes más estrambóticos. ¡Allá va una muestra!
Empecemos por el Hombre Perro (así se autodenomina él mismo). Es un adulto que vive en Gràcia y durante su tiempo libre se dedica a hacer el perro, literalmente. Pasea desnudo, a cuatro patas, por los bares y galerías de Barcelona con el fin de provocar a la gente y defender la sumisión. Puedes encontrártelo cualquier noche... cuando menos te lo esperes.
UN HOMBRE CON HERIDAS POR LOS AZOTES
Siguiendo con el BDSM (Bondage, Disciplina, Sadismo y Masoquismo), una práctica que bien conoció el Marqués de Sade, topamos con esta escena. Un hombre está atando con cuerdas a una mujer, que lleva los pezones tapados con cinta aislante. Luego, siguiendo la misma tónica, encontramos a una pareja que, aprovechando que está en el salón, ha comprado un peculiar juguete... para practicar sexo oral. Más tarde, en uno de los espectáculos vemos a un asistente vestido con prendas de cuero... ¡y la espalda llena de heridas por los azotes recibidos!
Una de las escenas más incómodas llega cuando encontramos a una actriz paseando y, de repente, más de diez hombres (mayores) la frenan para fotografiarla. La chica, sin ningún tipo de reparo, posa para las cámaras. Ellos le piden más y más. Y cada vez se unen a la sesión fotográfica más y más hombres. La sesión sube de tono. Algunas mujeres que pasan por ahí se fijan en la imagen. El Salón Erótico quería reivindicarse como evento “feminista”, pero actos como este siguen dañando la imagen de la mujer en la industria del porno.
En una parte de la feria algunos artistas pintan el cuerpo de aquellos que se ofrezcan. Antes de irnos, vemos a una chica sin ropa en silla de ruedas, con el torso pintado de negro, o a este joven al que están tuneando con una “virgen moderna” en este mismo instante. ¡Impresionante!