Sant Gervasi va viento en popa. El barrio no para, acoge nuevos negocios y el sector de la restauración no se queda atrás, con una amplia variedad de restaurantes para todos los bolsillos y de todos los tipos. Para los amantes de la buena mesa, aquí va un mapa de establecimientos que se merecen una visita (o más).
PECCATA PIZZA
La última criatura del Grupo Pepa Tomate se ha instalado en una de las calles más de moda de Sant Gervasi, la de Mandri. Esta vez, el local no se dedica al tapeo sino a la pizza. Y no cualquiera, sino una elaborada con masa madre reposada durante 48 horas y hecha con harinas ecológicas molidas a la piedra, lo que da lugar a una base exquisita, fina y crujiente. El resto de materias primas son de productores de calidad italianos y nacionales. Hay más de una decena de opciones (clásicas, gastronómicas o blancas) que se completan con antipastis y una pequeña selección de recetas de pasta. Para rematar esta buena comida, cómo no, recomendamos el delicioso tiramisú. ¿Qué más podemos decir para incitaros a visitar este establecimiento? Tiene una agradable terraza, es pet-friendly y el espacio interior es acogedor, cómodo y agradable.
Pecata pizza. Calle de Mandri, 58.
LA XARXA
Wow, wow, wow! No se nos ocurre nada más que decir de este pequeño restaurante que lleva un año abierto a dos pasos de la plaza de Molina. El joven chef Carlos Allué elabora aquí una cocina de mercado con mayúsculas. Platos simples, sin florituras, a base de materia prima de temporada seleccionada con mucho amor y sabiduría. El resultado son sabores nítidos, perfectamente potenciados. Se merece un olé especial su tortilla fea de bacalao –tan de rechupete que nos planteamos repetirla ipso facto- servida con pan con tomate, aunque tampoco se quedan cortas las croquetas de marisco, el bacalao con garbanzos, el steak tartar o el rape con verduritas. Tienen también una interesante selección de vinos.
LA FREIDURIA DE PAULI
Un diminuto local donde se disfruta de una cocina gallega tradicional, con especial énfasis en un gran marisco del norte y de un tapeo de calidad con la mayoría de las especialidades fritas. El mejor aval de sus buenos fogones es que llevan 35 años sin haber cambiado un ápice. Y siguen seduciendo a los vecinos del barrio.
La freiduría de Pauli. Calle del Bisbe Sivilla, 46.
PETIT BANGKOK
Los amantes de la sabrosa y delicida cocina tailandesa no pueden haber pasado por alto esta dirección. Lleva años siendo considerado uno de los mejores establecimientos de la ciudad en cuanto a este tipo de gastronomía. A cargo de una pareja catalano-tailandesa, la carta propone entrantes para picar y compartir, y segundos más contundentes (currys, pad thai, arroces, woks o sopas). Uno de los ‘must’ de la casa son los Kao Pa (unas bolitas de arroz rebozadas y rellenas con gambas, verduras y un huevo de codorniz); las Kaope Puff (empanadillas de pollo a la pimienta, verduras y curry), y los pho pia sod (rollitos de pasta fresca de arroz rellenos de verduras, menta y gambas o pato). Eso sí, es imprescindible reservar con antelación para conseguir mesa.
Petit Bangkok. Calle de Vallirana, 29.
BOKO
Aunque disponen de mesas para comer in situ, este establecimiento centra su oferta en la fórmula para llevar y la entrega a domicilio. En su carta figura una amplia variedad de recetas asiáticas propias del ‘street food’ como dim sums, woks, brochetas, pad thai... aunque se merecen una mención especial sus más de 16 currys, deliciosos, y las exquisitas sopas de la casa.
LES TRUITES
Joan Antoni Miró, fundador de este restaurante hoy regentado por su hijo, es un as de la tortilla. No cabe duda de ello cuando sabemos que cuenta en su haber con más de 200 recetas diferentes: dulces (¡brutal la de cereza!), saladas, de temporada (como la de calçots), para fechas señaladas (la de coca de Sant Joan), veggies, carnívoras, marineras… Las hay para todos los gustos y en diferentes formatos, texturas y tamaños. Una de las más famosas es su tortilla de croissant con jamón ibérico que, verdaderamente, sabe a eso. Insuperable.
Les truites. Calle de Arimon, 22.
BAO BAR
El gran chef Paco Pérez apostó hace unos años por abrir una taberna informal dedicada a una de las grandes tendencias foodie del momento: los bao. Estos panecillos asiáticos cocidos al vapor se rellenan en este establecimiento con elaboraciones inspiradas en recetarios orientales pero también nacionales: papada ibérica, fricandó de wagyu, buey de mar, pollo al curry o chipirones con huevo, beicon y salsa tártara son solo algunos ejemplos de las propuestas de la casa.
Bao Bar. Calle de Arimon, 48.
CASA VARELA
Una casa de comidas de siempre, con carta auténtica en la que reinan los productos de temporada, las sugerencias diarias, los arroces y recetas de carnes y pescados, todo en un formato pensado para compartir. Nos encantan sus macarrones con pluma ibérica, su ensaladilla rusa con picos, su huevos rotos de Calaf con jamón ibérico, sus berenjenas fritas con miel y su eco-burguer de pollo con verduras a la plancha. De postre, nos chifla la tarta de queso casera y la caña de hojaldre con crema pastelera. Un plus a su favor: su magnífica terraza en plena plaza de Molina.
Casa Varela. Plaza de Molina, 4.
BAR OMAR
¡Qué bien sientan este tipo de locales en el barrio! Aquí estamos en un bar que sirve platillos de espíritu internacional y desenfadado, trabajados con mucha técnica y productos de calidad. Nos gustan sus huevos estrellados con calamarcitos a la andaluza, el pulpo ahumado con patatas y mayonesa de kimchi, el meloso de ternera con taggliolini y salvia, y su exquisita y perfecta tortilla de butifarra. Pero hay muchas más cositas con las que disfrutar. Tienen platos fuera de carta, menú de mediodía y un menú degustación por la noche.
Bar Omar. Calle de Amigó, 34.
SARRIETTO
Aquí las recetas de pasta son de nivel muy gourmet, con una buena cantidad de salsa. Hay siempre una decena de opciones, aunque las especialidades indiscutibles de este restaurante son los penne alla arrabiata y las mafaldine alla ricotta y salsa de tomate. También tienen buenos platos de carne (sobre todo carpaccios) y pescado, preparados según la tradición italiana. De postre, exquisito el tiramisú.
Sarrietto. Calle de Vallmajor, 33.
MAAI
Maai es un restaurante de comida energética, nutritiva y saludable. Una propuesta novedosa de ‘Natural fast good’ donde disfrutar, en un entorno cálido y acogedor, de recetas sanas, deliciosas y creativas elaborados con ingredientes de primerísima calidad y sin el uso de procesados, azúcares blancos ni harinas de trigo. Abren solo para desayunos, brunch y menú de mediodía, que consta de una crema de verduras, un agua aromatizada y un plato a elegir entre varios platos sorprendentes (gofre de garbanzos, wok de fideos y bocadillos gourmets).
Maai. Calle de Regàs, 30.
BARRA ALTA
Un restaurante que pone el producto en un pedestal. ¿Y eso cómo se hace? Tocándolo lo justo para solo ensalzarlo. Algo así como predica la cocina de toda la vida, al fin y al cabo, pero en Barra Alta aportan algún que otro toque original, contemporáneo. Nos encantan, por ejemplo, sus buñuelos de bacalao con ajo negro y miel, el bocadillo de calamar, los nuggets de salmón ahumado con mayonesa de miso rojo y el tartar de bogavante y vieira con mayonesa acevichada, cebolla morada, cilantro y sésamo presentado sobre una tortita de maíz. Tienen menú de mediodía y una tabla de sugerencias a la que es muy recomendable rendirse.
Barra Alta. Calle de Laforja, 11.