Para comer más que bien no necesitas cuchillo ni tenedor. Basta con una cuchara. Porque una sopa siempre apetece cuando llegan los meses más fríos. Te proponemos estos cinco restaurantes donde incluso Mafalda disfrutaría.
PARA ENTRAR EN CALOR: HUNGARYTO
Para los que tienen hambre, mucha hambre, y para los frioleros. No hay mejor opción que Hungaryto, especializado en comida húngara. Su plato estrella es el goulash, una sopa tan densa que la cuchara se queda erguida si la clavas y que da más calor que una chimenea. Aquí las preparan de ternera (picante), de tres carnes (ternera, oveja y cabrito) y de cerdo ahumado con judías. ¿Qué lleva el goulash? Además de la carne estofada, ajo, zanahoria, cebolla, tomate, perejil, comino en polvo, paprika o pimentón dulce, laurel, pimiento rojo, pimienta negra recién molida, sal, manteca de cerdo ahumada y 'tejföl' (crema agria húngara).
LA CLÁSICA DE CEBOLLA: CAFÉ EMMA
¿Hay una sopa más clásica que la de cebolla? Mientras piensas la respuesta y rebuscas en tu memoria gastronómica, puedes pasarte por Café Emma, en pleno corazón del Eixample, para probar la suya y decidir que, además de clásica, está riquísima. La 'soupe a l'oignon' de esta casa que regenta Romain Fornell (una estrella Michelin por Caelis) es canónica. Aquí no hay experimentos raros: caldo de gallina, cebolla (de Figueres) gratinada con queso emmental o comté rallado. La sirve en un tazón en el que cabe, si así lo pides, una yema de huevo o trufa.
Café Emma. Pau Claris, 142
SOPAS CON CARIÑO: LA SOPERÍ
Este coqueto restaurante es uno de los templos soperos de Barcelona (su nombre no engaña). Y para acompañar sopas y crema hechas con tanto cariño, en la carta hay platos de cocina “arte-sana”, como dicen ellos (productos de proximidad y ecológicos). Juegan con los productos de temporada y con estilos variados, de manera que igual puedes probar un 'ramen' de 'escudella' con 'gyozas' de butifarra negra y 'carn d’olla’ que una sopa de setas de temporada con picada de ajo negro y romero, o una de flores con gambas y tofu. Puedes acabar el ágape con alguno de sus cócteles elaborados con alcoholes ecológicos y artesanos, y fruta fresca.
FIEL A LA ESCUDELLA: FERMÍ PUIG
El veterano Fermí Puig, que lució una estrella Michelin por el desaparecido Drolma, es fiel a la cocina catalana. Por eso en su carta nunca falta una ‘escudella’, sopa totémica del recetario catalán. En invierno, eso sí. La prepara a diario con ‘galets’ y ‘pilota’ porque tiene una legión de fans que igual la piden en su local que la encargan para llevársela a casa (algunos le piden que añada la ‘carn d’olla’). Su receta es canónica, elaborada con el caldo de carnes de cerdo, ternera y gallina, y hortalizas como apio, puerro, cebolla, zanahoria, chirivía y patatas. El secreto de su éxito es que tiene buena mano y le dedica el tiempo y cariño necesarios: ¡casi tres horas!.
EL RAMEN CON MÁS FANS: RAMEN YA-HIRO
Qué decir de un restaurante que ha convertido el ‘ramen’ en la sopa de moda de Barcelona a base de generar colas y colas de gente a sus puertas, esperando su preciado pero asequible manjar líquido. Hasta dos horas han llegado a aguardar los fans de la sopa que elabora el japonés Hiroki Yoshiyuki. El secreto de su éxito radica, además del precio, en el uso de una pasta casera muy fina y en los caldos de sabores marcados, ya que el pollo y el cerdo se cuecen durante 10 horas (las verduras se añaden al final).