El arte (asequible) se vende en un supermercado

Dónde: Galería Cromo
Cuándo: Hasta el 5 de enero
Precio: Entrada gratuita

La Galería Cromo se ha transformado en un supermercado durante estas navidades. Pero no en uno cualquiera: en uno de arte. Con el fin de acercar las obras a todos los públicos y bolsillos, han apostado fuerte en la 35 edición del Hipermerc'art By Moritz. Con más de 1.000 obras expuestas y un total de 39 artistas internacionales, se ha convertido en todo un evento de referencia, que por primera vez se ubica en la calle Riera de Sant Miquel. El arte democrático es posible.

¿Unos tomates? ¿Nos falta arroz? ¿Cogemos unas aceitunitas para el vermut? ¿De qué marca? Difícil elección. Los productos que más están triunfando en este característico supermercado –por ahora– son las ilustraciones. Las "marcas" favoritas son Pol Montserrat y Javirroyo, de estilos dispares. Otra de las artistas destacadas por el público es Berta Espanyol con sus peculiares láminas de trazo corto y grueso.

MÁS DE 600 PERSONAS 

Hasta el momento, más de 600 personas han pasado por el súper para husmear y hacer sus adquisiciones. Según comenta una de las encargadas a Metrópoli Abierta, cada vez los jóvenes se animan más a comprar. Resistirse a la tentación no es fácil. Pasear, coger, llenar el carro, pagar y llevarse los productos a casa. Todo un take away. Ni Glovo, ni Deliveroo, ni nada: en persona.

Algunas obras expuestas en la Galería Cromo / P. B. 

Por otro lado, las nuevas formas de trabajar la fotografía quedan reflejadas en las obras de cuatro fotógrafos de varias estilos, como la yuxtaposición de planos de Alicia Omedes, o la confrontación de imágenes de Aina Dorda, que permiten generar un discurso de afinidad entre ellas, siempre desde la perspectiva de mujer. Otros autores incluidos son Marc Torrent, Julien Missiaen o la coreana, afincada en Tarragona, Hye Young Yu.

En el campo de la escultura, esta edición cuenta con piezas de arte abstracto de Patricia Cancelo, esculturas trabajadas en madera de Xavi Puente. La apuesta de Maïs son pequeñas naves en hierro, mientras que Jordi Pintó presenta obras redimensionadas de sus personajes pictóricos. La práctica se repite con el polaco Piotr Perski, con la reinterpretación de las porcelanas más clásicas. Como decíamos: difícil elección.