La muerte de los músicos Buddy Holly, Richie Valens y The Big Booper en un accidente aéreo inspiró a que el cantautor Don McLean proclamara el 3 de febrero de 1959 como “el día que la música murió”, en su popularmente conocido tema American Pie (1971).

De la misma manera, los más de ocho minutos de duración de la canción facilitaron al americano hablar del final del idealismo que se expresaba en la música durante la década de los '60, planteando un escenario decadente para la música.

Decadencia es, salvando las distancias, lo que también ha vivido Barcelona desde hace unas decenas de años por lo que respecta al formato físico de la música y sus ventas, que ha visto como muchas de las tiendas que movieron la ciudad a 45 RPM han tenido que echar el cierre.

GONG DISCOS

Tras más de 30 años ofreciendo a los barceloneses una oferta musical complementada con títulos cinematográficos, el descenso de ventas de sucedido desde hacía unos años llevó al comercio a cerrar en 2013.

La empresa, que llegó a poseer hasta 25 locales repartidos por toda España, pasó por su mayor auge de negocio con las ventas de vinilos. Además, jugaron el papel de anfitriones en múltiples firmas de discos y acogieron algunos directos por sus tiendas.

Los responsables del negocio criticaron en un comunicado la “destrucción de la industria cultural” y el empobrecimiento intelectual que esto significa para la sociedad. De la misma forma, desde Gong Discos también se hizo una enérgica crítica a la piratería, una de las razones que ha provocado el cierre de muchas tiendas de discos.

VIRGIN MEGASTORE

La recientemente homenajeada Montserrat Caballé, Loquillo, Wish y Platón, fueron los encargados de dinamizar la fiesta de apertura de la Virgin Megastore que se instaló en la confluencia entre el paseo de Gràcia y la Gran Via.

La empresa británica Virgin, motivada por el buen momento que vivía la olímpica capital catalana, decidió instalarse en 1992, en lo que fue una aventura que finalizó seis años después porque según Simon Burke, jefe ejecutivo de Virgin en aquel momento, no veía la posibilidad de alcanzar “un futuro con beneficios” en la ciudad.

Interior de la Virgin Megastore

Interior de la Virgin Megastore / OCTAVIO MESTRE

Además de discos, esta megastore también vendió libros, películas y videojuegos.

STAR RECORDS

Cuando hablamos de Star Records nos estamos refiriendo, sin ninguna duda, a una de las tiendas de discos más efímeras de los años '80.

Juan José Fernández, director de la revista alternativa Star, apostó por este negocio, que pasó sin demasiada gloria entre 1980 y 1983 pese a la gran cantidad de material que importaba y la dedicación que su propietario tenía en el local.

GAY AND COMPANY

Uno de los mayores promotores musicales de España, como es Gay Mercader, tampoco dejó pasar la oportunidad de montar su propia tienda en el sector a finales de los años '70.

Gay Mercader también dirigió su propia tienda de música / EFE

Gay Mercader también dirigió su propia tienda de música / EFE

Con un breve recorrido de, aproximadamente, cuatro años, el promotor contó con la ayuda de Luis Rubira para dotar de una buena imagen al negocio, pero finalmente acabó cerrando sus puertas de manera definitiva.

DISCOS BALADA

El local, que estaba situado en el número 24 de la calle Pelai, ha sido otro de los negocios de referencia en cuanto a música en formato físico de la capital catalana.

Cerrado en el año 2007, Balada fue una tienda de dos plantas en las que era relativamente sencillo encontrar ediciones de coleccionista. Otro hecho característico de este negocio eran las grandes ofertas puntuales que ofrecía a sus clientes, quienes podían encontrar en determinados momentos grandes éxitos a muy bajo precio.

DISCOS CASTELLÓ

Cuando hablamos de Discos Castelló estamos hablando, sin ninguna duda, de la tienda de discos más histórica de Barcelona. El local era frecuentado por todo tipo de público y las estanterías que conformaban sus múltiples locales, especialmente situado en la calle Tallers, se podía encontrar música de todos los géneros.

Fundada mucho antes que todos los anteriores negocios, concretamente en 1928, la empresa era todo un referente musical para los barceloneses, que acudían al negocio conocedores de la profesionalidad del personal que les iba a atender y la amplia oferta de la que disponían.

Discos Castelló presentó un concurso de acreedores en 2009, que vino de la mano del cierre progresivo de todos sus locales excepto el situado junto a la Rambla. Finalmente, en 2016, se vieron obligados a echar el cierre definitivo de su última e histórica tienda.

Desde las descargas 'pirata' hasta los servicios de música en streaming (hay alguna voz autorizada que culpa a Steve Jobs de haber matado el negocio de la música mediante la creación de iTunes), han sido responsables de muchos de estos cierres. Queda por ver si la resurrección del vinilo conseguirá cambiar esta tendencia a medio plazo o, si por el contrario, esto continúa siendo el American Pie del formato físico de la música.

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