Primero fue el CIS Cotxeres, después el CAP Manso. Los vecinos de Vilapicina y del Eixample están preocupados por la fuga de médicos de los centros de sanidad pública del barrio. Consideran que es un problema grave que se tiene que solucionar lo antes posible. Cabe recordar que en el Consorcio Sanitario de Barcelona, la Generalitat tiene un 60% de representación y el Ayuntamiento, un 40%.
EL CASO DE VILAPICINA
En el caso de Vilapicina y la Torre Llobeta, los habitantes se quejan de que hay pocos médicos en el complejo sanitario. Según datos de la Asociación de Vecinos, actualmente los médicos de familia tienen una ratio de 1.800 pacientes asignados, cuando no deberían sobrepasar en ningún caso los 1.500.
Otro de los problemas del CIS Cotxeres es que en el área de rehabilitación hay esperas interminables, igual que en el área de urgencias. En este último caso, los vecinos señalan que muchas de estas esperas podrían derivar de consultas no realizadas en el momento idóneo.
Según Joaquim Forns, presidente de la Asociación de Vecinos, el principal inconveniente de que haya pocos médicos de familia es que, aparte de que hay listas de espera largas, los pacientes se encuentran con médicos suplentes que no están al día de su historial médico. "Tienes que volver a explicar tu caso cada vez que hay visita", explica.
EL CASO DEL EIXAMPLE
Fuentes consultadas por Metrópoli Abierta cercanas al CAP Manso cuentan que actualmente se están produciendo traslados de médicos especializados hacia otros centros sanitarios, como el Hospital Universitari Sagrat Cor, con lo que a partir de ahora está previsto que ya no haya servicio de oftalmología, reumatología, traumatología ni urología.