Los característicos Itim Pad tailandeses, traducidos al castellano como helados enrollados, se han convertido en una de las últimas tendencias gastronómicas en todo el mundo. Tanto por su sabor como por su estética, con la llegada del verano son un habitual en las fotos de Instagram de los influencers de todo el mundo, y ahora llegan a la ciudad de Barcelona con el objetivo de hacer disfrutar a los paladares más exigentes de los amantes del dulce.
Su principal característica, y lo que ha hecho que se conviertan en uno de los productos más fotografiados del momento, es la manera en cómo se elaboran, un ritual convertido en un auténtico espectáculo. Lo primero que tiene que escoger el cliente es la base. Dependiendo de la heladería, se pueden entre varias, siendo la de yogur y la de vainilla las más habituales. Una vez escogida, se vierte el líquido sobre una plancha de metal que está a 30 grados bajo cero y que se encarga de helar la base para que pueda ser moldeada y enriquecida con diferentes ingredientes y dulces de todo tipo.
HELADOS ENROLLADOS EN EL CENTRO DE BARCELONA
Además de la manera en cómo se crean, también destaca el importante abanico de opciones de sabores que se pueden elegir. Gracias a su naturaleza y versatilidad es posible obtener miles de combinaciones diferentes. En la mayoría de los casos, es la fruta el ingrediente escogido, pero no es la única, ya que se pueden escoger tantos toppings como tenga disponibilidad el local.
En Barcelona se pueden encontrar diferentes establecimientos que ofrecen este tipo de helados. Los dos más conocidos son Ice Wave, en carrer del Pi ,13, muy cerca a Plaza Cataluña; y la tienda Rolls & Co, en el número 10 de la calle Fontanella, también en pleno centro de la capital catalana y en las principales ciudades de toda España. Con la llegada del verano, es habitual ver largas colas en las puertas de ambos locales. El precio de los helados enrollados varía dependiendo de multitud de factores, pero, por norma general, se sitúa en torno a los cinco euros.