Muchas mujeres pueden estar padeciendo síndrome del ovario poliquístico sin saberlo. Se trata de una enfermedad en la que a veces es difícil establecer una relación clara con sus síntomas. Vello corporal extra, acné, aumento de peso, períodos menstruales irregulares, múltiples quistes pequeños en los ovarios, cáncer endometrial e infertilidad. Cualquiera de estas sintomatologías pueden causarse a raíz de un descontrol hormonal, en el que los óvulos maduros no pueden ser liberados y generan quistes en los ovarios.
El síndrome de ovarios poliquísticos es la disfunción endocrina más frecuente en la mujer. Se calcula que un 10% de la población lo padece y el aumento de la obesidad está haciendo que su prevalencia en los últimos años esté en aumento. Sin embargo, debido a su complejidad, es poco conocido y no siempre se trata de la forma más adecuada.
“Uno de los principales problemas es que no se trata de una enfermedad homogénea y bien identificada. Existen una serie de síntomas, que se pueden presentar con intensidades diferentes y no necesariamente todos al mismo tiempo, que son los que ayudan a identificar el síndrome en algunas pacientes, pero en otros casos pueden ser diagnosticadas después de una ecografía”, explica el Doctor Joaquim Calaf, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Barcelona que considera, además, que debería ser importante la creación de consultas monográficas para atender a estas pacientes.
NIVELES ELEVADOS DE HORMONAS
La enfermedad se caracteriza, principalmente, porque la mujer presenta unos niveles muy elevados de hormonas. Normalmente, durante el ciclo menstrual de una mujer se liberan uno o dos óvulos, durante el proceso que se conoce como ovulación. En el síndrome de ovarios poliquísticos, los óvulos maduros no se liberan y en su lugar permanecen en los ovarios, circundados por una pequeña cantidad de líquido.
“Esto puede provocar, entre otras cosas, la alteración del ritmo del ciclo de ovulación y una disminución de la fertilidad de la mujer. Hay también otras consecuencias derivadas, como un incremento de las manifestaciones androgénicas en la piel, como más vello o acné, e incluso puede favorecer la aparición de diabetes de tipo II”, explica Calaf.
La mayoría de las veces las mujeres con este trastorno tienen una madre o una hermana con síntomas similares y se diagnostica entre los 20 y los 30 años, pero también puede afectar a las niñas adolescentes.
CONTROLAR LOS SÍNTOMAS
A pesar de que esta disfunción no tiene una cura por el momento, sí que es posible controlar el desequilibrio hormonal. La manera más adecuada para cada caso se determinará en base a lo que el médico dictamine después de realizar la correspondiente ecografía.
Los métodos que pueden ayudar a aliviar los síntomas del SOP son los siguientes:
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Dieta saludable y ejercicio: Bajar de peso es necesario para que el cuerpo pueda tener una regulación más fácil.
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Anticonceptivos orales: Regulan el ciclo menstrual y reducen el acné y el crecimiento de vello al disminuir los niveles de andrógenos (hormonas sexuales masculinas).