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Acidez y ardor de estómago: 10 consejos imprescindibles para el reflujo
El reflujo gastroesofágico es una enfermedad bastante común que padece el 40% de la población al menos una vez al mes
7 febrero, 2020 00:00Noticias relacionadas
¿Has sentido alguna vez una sensación de ardor o quemazón en el pecho subiendo por la garganta? Cuando esto sucede, muy probablemente, se está padeciendo reflujo gastroesofágico. Ocurre cuando aumenta la producción de ácido gástrico y el músculo del final del esófago no cierra adecuadamente. El contenido ácido del estómago regresa, o hace reflujo hacia el esófago, y lo irrita. Esta enfermedad puede afectar a un 40% de la población durante, al menos, una vez al mes.
Otros signos frecuentes del reflujo gástrico son la dificultad para tragar o sensación de tener un nudo en la garganta. Pueden presentarse otros síntomas extradigestivos como tos crónica, laringitis, alteración del sueño o asma. El reflujo puede llegar a ser peligroso para la salud si no se trata.
En colaboración con el Dr. Manuel Prados, especialista en Cirugía general y Aparato digestivo del Hospital Universitari Dexeus hemos elaborado una lista de 10 consejos y remedios que te serán útiles si padeces esta enfermedad:
FACTORES DE RIESGO
Al comer, un anillo muscular circular que rodea la parte inferior del esófago (esfínter) se relaja para permitir que los alimentos y líquidos bajen al estómago. Después, el esfínter vuelve a cerrarse. Cuando este no cierra correctamente, puede favorecer que el ácido gástrico ascienda al esófago en forma de reflujo, que puede irritar, dañar e inflamar el esófago.
La obesidad, la hernia de hiato, algunos alimentos copiosos o irritantes (café, chocolate, grasas, salsas, picantes, etc), el alcohol, el tabaco o el retraso del vaciado gástrico, son algunos ejemplos de los motivos o factores de riesgo que producen reflujo gastroesofágico. También es común el reflujo en el embarazo a causa de la presión abdominal que produce el crecimiento del útero.
10 REMEDIOS Y CONSEJOS
1. Evitar las ingestas copiosas y calóricas: las comidas abundantes altas en calorías y carbohidratos aumentan la distensión gástrica y favorecen la apertura del cardias (paso del esófago al estómago). Comer raciones más pequeñas y más veces al día ayuda a reducir los síntomas del reflujo.
2. Ni alcohol ni bebidas con gas: el alcohol relaja el esfínter esofágico inferior y las bebidas carbonatadas aumentan el volumen dentro del estómago, por lo que propician que aparezca la sensación de quemazón.
3. Elevar la cabecera de la cama: antiguamente se ponían dos libros u objetos debajo de los soportes del somier para elevar la parte superior de la cama. Puede ayudar el dormir con la cabecera de la cama incorporada entre 15 y 30 cm para favorecer el efecto de la gravedad, y no acostarse hasta pasadas dos horas después de cenar, así ya se ha producido el vaciamiento del estómago y conseguiremos prevenir el reflujo gastroesofágico.
4. Ejercicio moderado y control el sobrepeso: numerosos estudios afirman que la práctica de deporte disminuye la acidez estomacal además de prevenir la obesidad. Eso sí, evitar los ejercicios extenuantes o que impliquen una fuerte presión abdominal.
5. ¡Cuidado con el picante!: Los alimentos que contienen picante provocan irritación de la mucosa del esófago y favorecen el ardor de estómago. Vigilar también con los cítricos o ciertos condimentos.
6. Masticar bien los alimentos antes de tragarlos: comer despacio y masticar correctamente los alimentos facilita la digestión y evitaremos comer más de lo necesario, ya que el estómago tarda aproximadamente 20 minutos avisarnos que está lleno.
7. Evitar el café, el chocolate y la menta: estos tres alimentos irritan la mucosa del estómago, por lo que su ingesta en exceso ocasiona la aparición de acidez.
8. No fumar: el tabaco, al ser un agente tóxico, también contribuye a que se relaje demasiado el esfínter.
9. Evitar las grasas: las comidas con alto contenido de grasas suelen ser indigestas y disminuyen la motilidad gástrica, por lo que deja que pase el flujo ácido del estómago al esófago.
10. No hacer ngestas tardías por la noche: evita saltarte las comidas para que no llegues con hambre por la noche y hagas una ingesta más abundante, ya que las ingestas por la noche aumentan la producción ácida en el estómago. No olvides que no debes acostarte inmediatamente después de comer o cenar.
CONSULTAR CON EL ESPECIALISTA
El tratamiento con fármacos, principalmente los inhibidores de la bomba de protones, conocidos como protectores de estómago, son en muchos casos la solución al problema del reflujo, combinado con los cambios de hábito y consejos descritos.
Aunque la enfermedad por reflujo es eminentemente una enfermedad sintomática, con el tiempo, si no se trata o controla, puede desencadenar serios problemas de salud. La inflamación repetida y crónica del esófago puede llegar a provocar graves complicaciones como estenosis esofágica, úlcera esofágica y hemorragia o la enfermedad del esófago de Barrett que a la larga puede derivar en cáncer de esófago.
Siempre es recomendable la consulta con un médico especialista que realizará los estudios complementarios pertinentes: una gastroscopia, una prueba para medir la potencia del esfínter esofágico inferior o incluso una medición de los picos de ácido que se producen en el esófago durante un registro de 24 horas, son las pruebas más frecuentemente usadas.