El sindicato CSIF ha criticado el plan de contingencia preparado para la Guardia Urbana y que afecta al servicio público de los agentes y al propio personal del cuerpo en su ámbito personal y familiar. Estas medidas extraordinarias tendrán vigencia desde este fin de semana hasta el próximo 30 de mayo.

La planificación proyectada para el cuerpo policial barcelonés plantea medidas de flexibilidad, en las que se negloban una reducción del porcentaje de presencia requerida para llevar a cabo su servicio en el que se excluyen los periodos de Semana Santa, la autorización de la permuta con otros efectivos de la misma categoría para realizar cambios puntuales y facilitar la autorización de horas.

Pese a ello, se indica que "la evolución de la emergencia puede comportar la adopción de medidas excepcionales y transitorias circunscritas a mantener la continuidad del servicio público de acuerdo con los criterios de equilibrio".

INSUFICIENTE

Desde CSIF se asegura que las medidas adoptadas son insuficientes. Entre sus críticas a esta planificación, indican que no puede ser que las horas en las que un miembro de la Guardia Urbana dedique a "atender personas dependientes, hijos menores, familias mayores, familiares con afecciones pulmonares o de alto riesgo" vayan a su cargo.

En este sentido, recuerdan que la policía es un colectivo de riesgo y puede ser un transmisor, por lo que proponen afrontar los servicios con el "50% de la plantilla" y relevarse "cada 7, 10 o 15 días".

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