La pandemia de coronavirus continúa sumando unas alarmantes cifras de infectados y fallecidos. Día tras día, estos números van en aumento, por lo que la carga de trabajo en los hospitales no deja de multiplicarse y poner a prueba a un sistema sanitario que está sufriendo desabastecimiento de material y un colapso del personal médico.
El Hospital Moisès Broggi, en el municipio de Sant Joan Despí, es un reflejo de esta realidad. Centro de referencia para una gran parte de municipios del Baix Llobregat, está afrontando unas semanas extremas en las que el Covid-19 está llevando la situación al límite.
UCI TRIPLICADA
Una de las enfermeras que trabaja en el hospital asegura que la capacidad de la UCI se ha tenido que triplicar por la elevada cifra de pacientes con coronavirus, un dato al que se suma la saturación de urgencias, donde se encuentran casos positivos, con otros pendientes de diagnóstico y usuarios que llegan por otras afecciones.
Respecto a aquellos que se encuentran ingresados por el virus en planta, la sanitaria explica que no tienen tiempo para "hablar con ellos ni tranquilizarlos", aprovechando las veces que entran a la habitación para realizar "todos" los cuidados que requiere el paciente.
DESBORDADOS
Esta emergencia sanitaria ha llevado a los médicos, enfermeros y auxiliares a estar "desbordados", teniendo que compaginar las labores médicas con llamadas a las familias para informar del estado de los pacientes y con "conseguir objetos personales" de los mismos, entre otros aspectos.
Tal y como explica esta enfermera, el personal de limpieza tampoco se libra del frenético ritmo de trabajo actual, limpiando "como buenamente pueden cada día las habitaciones de los pacientes".
ROTURA DE STOCK
La sanitaria lamenta que el centro se encuentra con "rotura de stock", por lo que "no llega material al hospital". La situación es especialmente alarmante ya que cada vez que acceden a una habitación hacen uso de bata, delantal de plástico, una mascarilla FFP2, una segunda de carácter quirúrgico, gafas, gorro, guantes y peúcos.
En este sentido, denuncia que se ven obligados a "reutilizar mascarillas, batas y gorro" para acceder a todas las habitaciones, encontrándose casos positivos en su interior y otros pendientes de diagnóstico que podrían no serlo, pero a los que se les toca después de haber estado en contacto con infectados. Además se necesitan respiradores, que también escasean en un espacio que cada vez se queda más pequeño.
SELECCIÓN
La enfermera también lamenta que, en caso de que esta evolución siga igual, es posible que lleguen al extremo de no poder "luchar por la gente mayor de 75 años" y poner en entredicho a aquellos cuya franja de edad se sitúe entre los 60 y los 75 años.
En la misma línea, indica que son malos tiempos para aquellos pacientes que sufran otras afecciones, ya que "ahora mismo si no eres posible Covid-19, no eres importante".
MASCARILLAS
Entre la falta de material, alarma especialmente la ausencia de mascarillas, que deben ser reutilizadas en múltiples ocasiones y durante diversos días. La urgencia es tal, que algunos de los propios sanitarios ha comenzado a fabricarlas para sus compañeros, junto a otros elementos de protección.
Respecto a la saturación en el servicio de urgencias, el Consorci Sanitari Integral busca ponerle freno mediante la contratación temporal de facultativos adjuntos, una oferta que se publicó a principios de la pasada semana y que se hace extensible al Hospital General de L'Hospitalet y al Centre d'Atenció Integral Dos de Maig.