El rey de los asilos, acorralado y contra las cuerdas. José María Chema Cosculluela, propietario de la residencia de ancianos Vitalia Sants, tiene una larga lista de problemas. El empresario se ha convertido en el blanco de las críticas de los familiares de los ancianos contagiados y/o fallecidos en la residencia del barrio de Sants, una de las más afectadas por el virus SARS-CoV-2. Las familias llevan semanas dando la señal de alarma por la dramática situación en la que se encuentran sus allegados. Lamentan la gestión que ha realizado el centro desde que estalló la crisis del coronavirus en Barcelona. 

Los afectados se han quejado de la falta de información con la que se encuentran desde que la pandemia empezó a golpear con dureza a la residencia Vitalia Sants. Máxime teniendo en cuenta que el centro ya ha reconocido que han muerto 21 pacientes en sus instalaciones desde el inicio de la crisis.

COSCULLUELA: DE CONSULTOR AL NEGOCIO DE ASILOS

En este caso, cabe señalar que Vitalia Sants pertenece a la cadena de residencias para gente mayor con sede central en Zaragoza, Vitalia Home. Y esta compañía es propiedad de José María Chema Cosculluela, también conocido como el rey de los asilos.

Esta figura tiene especial importancia dentro del sector de este tipo de centros porque desde 2015 ha conseguido suculentos beneficios cuando, antes de esta fecha, solo se le conocen trabajos como consultor. El envejecimiento de la población española se había convertido en un caramelo para los fondos, y Cosculluela supo sacar tajada de este business. "Cobras 3.000 euros por una plaza y das servicio por 1.200 para una plaza. Una residencia privada es buen negocio", recalcan fuentes del sector.

Y ENTONCES LLEGÓ EL CORONAVIRUS

En enero de 2019, el grupo que dirige Chema Cosculluela se plantó con 44 activos y 6.461 camas geriátricas en España. Pero aspiraba a más. Vitalia Homes movilizó 50 millones de euros y pidió otros 50 millones al Banco Europeo de Inversiones (BEI) para comprar viejos asilos y transformarlos, con el fin de lanzar nuevas líneas de negocio, como las casas tuteladas. 

Chema Cosculluela (derecha) es el fundador de Vitalia Home / CG



 

Lo que en ningún momento podía sospechar Cosculluela era que un pequeño microorganismo, que en aquel momento estaba infectando la ciudad china de Wuhan, mandaría sus planes a tomar viento. El virus golpeó primero al país asiático y luego llegó a Europa.

DEFICIENTE PLANIFICACIÓN

Según explicaban fuentes del sector a Crónica Global, la empresa encaró la crisis "mal, con grandes centros y diseños diáfanos. Con poco personal. Cuando falla una enfermera o gerocultor se nota enseguida. Son aparcamientos de ancianos, no lugares medicalizados preparados frenar una pandemia".

El virus entró por el personal, que empezó a caer enfermo por falta de material de protección. El patógeno pasó a los residentes y desarrolló neumonías en muchos de ellos. Mortales en un número desgarrador. Las medidas de profilaxis urgentes, los rescates de Gobiernos e incluso la ayuda del Ejército no son suficientes.

CRÍTICAS EN TWITTER

El problema es que algunos de los familiares de los ancianos que se encuentran en la residencia Vitalia Sants se sienten desconcertados y piden "más transparencia" al centro. A lo largo de estas últimas semanas, los allegados a estos ancianos han mostrado su preocupación por el estado de salud de sus seres queridos. Y más después de saberse que ya han fallecido 21 ancianos allí dentro.

Los familiares han expresado su malestar con la residencia propiedad del rey de los asilos y han vertido sus críticas en las redes sociales --sobre todo en Twitter-- en los últimos días. En general, las críticas se centran en la desinformación por parte de la residencia.

COSCULLUELA: DE EMPRESARIO DE ÉXITO A VILLANO

En definitiva, este virus ha noqueado al rey de los asilos. Éste ha pedido ayuda a los gobiernos autonómicos de Isabel Díaz Ayuso en Madrid y Torra en Cataluña, dos territorios donde se ha anotado la cifra de 100 muertos en sus centros.

Aunque Cosculluela ha olvidado presentar sus grandes credenciales: 91 millones facturados en 2018; ingresos de 101 millones y un beneficio bruto de 19,80 millones. Vitalia ha pasado de presentar proyectos de crecimiento en toda España a pedir rescates con dinero público.

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