La tradicional Fira de Santa Llúcia pende de un hilo
Si se aplican las estrictas restricciones que el Ayuntamiento de Barcelona tiene previstas, los paradistas no tienen clara su viabilidad
6 noviembre, 2020 00:00Noticias relacionadas
La Fira de Santa Llúcia se celebra desde 1786. A lo largo de su historia solo se ha suspendido por dos motivos, a causa de la ocupación napoleónica y por la Guerra Civil. ¿Será este 2020 la tercera ocasión en que se anule?
RESTRICCIONES ESTRICTAS
Los paradistas del tradicional mercado, que debería celebrarse del 27 de noviembre al 23 de diciembre, confían en que el coronavirus no impida su realización.
No obstante, sufren por su viabilidad si finalmente se aplican las restricciones que el Ayuntamiento de Barcelona ha previsto para la feria de este año. Aforo del 30%, delimitación perimetral, control de entradas y salidas, registro de visitantes —nombre y número de teléfono — y pasillos amplios señalizados con dos direcciones. Una serie de medidas que preocupan a los feriantes, ya que amenazan a su negocio.
“Son unas restricciones de aforo tan brutales que ahora mismo con los límites que nos están imponiendo, no tenemos claro si puede llegar a ser viable económicamente”, explica a Metrópoli Abierta Albert Deulofeu, presidente de la Associació Fira de Santa Llúcia.
Según cuenta Deulofeu, los paradistas creían que se les aplicaría la normativa que marca el Procicat para los espacios abiertos, que consiste en que haya un metro cuadrado por persona. Con esta normativa, el 30% de aforo supondría alrededor de 700 visitantes. Sin embargo, este miércoles el consistorio les comunicó que tendrán que haber 2,5 metros cuadrados por persona. Esto reduce el número a 320 visitantes, por lo que cambia radicalmente las cosas.
MENOS PARADAS
En este contexto, muchos de los paradistas no han querido lanzarse a la piscina. Si el año pasado la feria contaba con 282 paradas, en esta ocasión se han reducido a 126. “Los que nos hemos arriesgado y hemos decidido poner la parada ya hemos comprado todo el material”, apunta Deulofeu. En su caso, si finalmente la feria no tira adelante podrán reaprovechar el material, porque venden paisaje de belén y figuras. Pero los estantes de abetos o musgo lo tienen más complicado.
“Muchos de ellos han optado por no poner parada, porque si la feria se suspende todo serán pérdidas”, señala el presidente de la feria. Además, aunque no se anule, los beneficios serán bajos, porque el límite de aforo, el confinamiento perimetral de fin de semana y el toque de queda les perjudicarán.
AÚN HAY ESPERANZA
Pero aún hay esperanza. Los paradistas todavía están en conversaciones con el consistorio para acabar de definir el plan de seguridad. El 13 de noviembre se reúne de nuevo la mesa de seguridad que dicta las medidas, y albergan la ilusión de que en esa reunión se replantee su severidad.
Una severidad, que, según explica Deulofeu, no se dará en otras ferias de la ciudad. “Estamos molestos porque nos consta que en el mercado de navidad de la Sagrada Família, que tiene unas características calcadas a las nuestras, no se aplicarán todas estas restricciones y no lo entendemos”.
Aún así, Deulofeu confía en el Ayuntamiento, porque le consta que quiere promocionar la campaña de navidad. No obstante, si las restricciones se acaban manteniendo, la junta de la asociación se reunirá para decidir si siguen adelante o suspenden la feria.