Un estudio en personal sanitario liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Hospital Clínic de Barcelona ha mostrado que los anticuerpos frente al Sars-CoV-2 de tipo igA e IgM decaen rápidamente. Por otro lado, los niveles de anticuerpos IgG se mantienen por lo menos durante tres meses tras la infección.
Un seguimiento a largo plazo de esta cohorte proporcionará información sobre la duración de diferentes tipos de anticuerpos frente al virus que causa el Covid-19, así como su papel en proteger contra la enfermedad y la reinfección, ha informado este viernes ISGlobal en un comunicado.
DOBLE REFLEXIÓN
Los investigadores de ISGlobal Carlota Dobaño y Alberto García-Basteiro buscaron contestar las preguntas de cuánta gente se ha infectado realmente y si las personas infectadas están protegidas de futuras reinfecciones, y unieron fuerzas con el proyecto Serocov1, que busca seguir una cohorte de más de 550 trabajadores sanitarios del Clínic.
En el pico de la pandemia en España, el equipo mostró que la prevalencia de infección en el personal sanitario era del 11,2% (el 9,2% tenía anticuerpos y el 2% una infección detectada por PCR), ligeramente superior que la prevalencia estimada en Barcelona, del 7%.
60% DE ASINTOMÁTICOS
En este nuevo estudio, los resultados muestran que un mes después del primer estudio de seroprevalencia realizado a principios de abril de 2020, el porcentaje de participantes con evidencia de infección previa o activa había aumentado al 15% y que alrededor del 60% de las nuevas infecciones eran asintomáticas.
"En un mes detectamos 25 nuevas infecciones entre los participantes, lo cual es bastante elevado considerando que el pico de la pandemia había pasado y que la población llevaba un mes confinada", ha afirmado García-Basteiro, que también es médico del servicio de Salud Internacional del Clínic.
66 SEGUIMIENTOS
De las 82 personas seropositivas identificadas tras un mes, el equipo siguió a 66 de ellas durante dos meses adicionales: al tercer mes, la mayoría (78%) ya no tenía niveles detectables de IgM, algunas (24,5%) ya no tenían IgA detectable, pero gran la mayoría (97%) mantenía niveles detectables de IgG.
Según el estudio, los niveles de IgG aumentaron en algunos de los participantes respecto al primer análisis. Mientras que los casos sintomáticos tenían niveles más elevados de IgA pero tanto en los sintomáticos como en los asintomáticos, los anticuerpos disminuyeron a una velocidad similar.
En general, los niveles de IgG1 fueron más altos, aunque se observó una correlación entre niveles elevados de IgG2 y la duración de los síntomas.
"Nuestros resultados confirman que los anticuerpos IgM e IgA decaen rápidamente en el primer mes o dos tras la infección, lo cual debe tenerse en cuenta a la hora de llevar a cabo estudios de seroprevalencia o interpretar resultados serológicos", ha detallado la investigadora Gemma Moncunill, y ha dicho que los de IgG se mantienen a niveles relativamente estables durante un mínimo de tres meses.