En un rincón de la plaza de Bonet i Muixí, en el distrito de Sants-Montjuic, a ras de suelo, se aprecia desde lejos un curioso espacio cuadrangular de cemento rodeado de algunos bultos extraños. A medida que uno se acerca, la sorpresa aumenta: botellas de agua, zapatos, piezas de ropa de hombre y de mujer, bolsas... ¡y hasta un sombrero! se amontonan desordenados sobre unos bloques de piedra blanca, a modo de bancos, como olvidados y abandonados a su suerte. No lo están, es simplemente que sus dueños los han dejado allí mientras levantan un castell. Es el monumento dedicado a los Castellers de Sants, realizado en 2010 por el escultor Josep Peraire.

Castellers de Sants 1993”, puede leerse en la inscripción del suelo, alrededor del círculo grande que rodea otro interior más pequeño. Dentro de los dos, un cuadrado dividido en cuatro partes contiene las huellas grabadas que harían los que forman la piña de un ‘castell’ cuando se levanta un quatre de vuit. A estos castellers pertenecen esos objetos personales esculpidos también en piedra blanca sobre los bancos cercanos.

CAN BORINOT

La fecha que consta en la inscripción (1993) corresponde al primer castell levantado en este lugar por los castellers de Sants, conocidos como els Borinots por reunirse en Can Borinot. En Barcelona hay otros monumentos dedicados a los castellers. Y en este, como en el resto, tampoco  se representa de manera figurativa y realista el castillo humano.

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